La zona de playa, la habitación de un hotel y la carretera
ceutí hacia el monte Hacho fueron los escenarios de las
detenciones de los doce acusados pese a que hubo más
participantes en el pase que lograron escapar, según
constataron los propios testigos.
Los primeros arrestados fueron las personas que se
encontraban descargando y transportando la mercancía de la
que informó el helicóptero del Servicio de Vigilancia
Aduanera de Málaga cuando la lancha se encontraba a 15
millas de la costa. Pese a que varios emprendieron la huida,
los agentes lograron interceptar a seis personas. “Algunos
se escondieron entre matorrales, con el Corán en el pecho y
rezando para que no les detuviésemos. Otros, en edificios
anexos a la playa y el conductor de la furgoneta, in
fraganti”. Todo ello, sobre las doce de la madrugada del 5
de febrero, siendo posteriormente desplazados a las
dependencias policiales de Estepona.
Derivadas de las escuchas teléfonicas del móvil del que
salían y entraban todas las órdenes (intervenido con
urgencia para obtener todos los pasos y movimientos), se
produjeron las detenciones en la habitación de un hotel de
Estepona en la que se encontraban los presuntos líderes del
grupo y el conductor del Golf negro que realizaba batidas de
control en las inmediaciones de la playa. “Escuchamos que se
encontraban en la habitación 507 ya que los primeros
detenidos pudieron avisar al organizador de lo ocurrido por
teléfono. Allí encontramos 11 móviles, llaves, mandos a
distancia de garages y a los imputados”, explicó el jefe de
la UDYCO, que controlaba todo el operativo desde la ciudad
autónoma con las escuchas.
Pero la última fase para desarticular la banda tuvo lugar en
Ceuta, donde fueron arrestados otros dos participantes que
lograron salir de Málaga. Estos, los que se encontraban en
las inmediaciones de la playa vigilando en la parada de
autobús y la zona comercial. “Nuestro objetivo era localizar
el alijo pero era imposible detenerlos a todos. Días más
tarde, y por las conversaciones que uno de los acusados
mantuvo desde prisión informando de todo lo acontecido,
procedimos a la detención de los dos últimos en la carretera
del monte Hacho. Uno no se resistió y el otro intentó
escapar pero más tarde fue detenido en las proximidades de
un chalé”. Al día siguiente, se realizó el registro
domiciliario de uno de los procesados en el que se
interceptó una caja fuerte en la que se encontraba la
tarjeta telefónica del móvil intervenido. “Todas las
conversaciones grabadas fueron en árabe pero el intérprete
del cuerpo las traducía todo el tiempo. Gracias a estas
intervenciones, sobre todo de este último teléfono pinchado,
nos adelantamos a lo previsto por el grupo ya que en otras
ocasiones, al no tener la orden judicial, no conseguimos
intervenir en otro operativo que estos mismos habían
preparada hacia la zona de Levante”, concluyó el inspector
jefe de la UDYCO.
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