Un porteador marroquí ha sufrido la experiencia insólita de
haberse herido el dedo de una mano al percutir, por algún
golpe seco dado a la ropa que manejaba para su
empaquetamiento, una bala del calibre 22 perdida entre los
bultos. El ‘camalo’ fue llevado al centro de Salud del
Tarajal desde donde lo trasladaron al hospital ya con la
policía de por medio que, tras la inspección ocular del
lugar y las investigaciones iniciadas, habría descartado la
presencia de arma alguna aunque sí algún proyectil minúsculo
del calibre 22 que pudiera haberse quedado entre la ropa
usada que llegó, desde alguna parte del mundo, a Ceuta.
Un porteador de 55 años residente en Castillejos, Ahmed
Akmar, ha resultado herido por el impacto de bala recibido
en su dedo índice de la mano derecha mientras manejaba la
ropa usada que empaquetaba para ‘pasarla’ por el Biutz. La
Policía, que mantiene varias líneas de investigación, sigue
la de la casualidad.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 09’30 horas de la
mañana. El ‘camalo’ se encontraba empaquetando diverso
material cuando recibió un impacto -tras un seco chasquido-
en su dedo índice que le ocasionó una considerable herida y
provocó abundante sangrado. Sin detectarse nada más, los
propios compañeros porteadores lo acompañaron al centro de
salud del Tarajal donde recibió las primeras curas.
El portador en su explicación -en árabe- explicó que había
visto algo entre la ropa que manoseaba y que podía ser un
cargador, contó al personal del centro de salud, a través de
una enfermera que traducía al herido.
Rápidamente, en esos momentos, se extendía el rumor de un
disparo y de la posibilidad de que existiera algún arma
entre los bultos que transportan los marroquíes por el Biutz.
Pero este extremo ha quedado absolutamente descartado
después del casual episodio vivido en Ceuta durante la
mañana de ayer.
En rigor, el porteador fue asistido -y aún lo mantenían
ingresado en observación al cierre de esta edición-, de una
herida de bala del calibre 22. Una munición muy pequeña,
propia de algún revólver de tamaño muy reducido, aunque los
daños que puede ocasionar su proyectil no son baladíes,
según explicó un experto en armas consultado.
El herido fue trasladado desde el centro de salud del
Tarajal al hospital civil del Ingesa en un vehículo policial
y fue finalmente en el clínico donde se le practicaron
definitivamente las atenciones sobre el dedo dañado.
El porteador, según fuentes hospitalarias consultadas,
presentaba fragmetación de bala en el hueso de la primera
falange del primer dedo de la mano derecha, al que tras las
curas pertinentes se le realizaron varios puntos de sutura
al objeto de reconstruir la parte afectada.
Investigación
Mientras un operativo de Seguridad Ciudadana se mantenía en
el hospital, varios equipos de la Jefatura Superior
adscritos a la Brigada de Policía Judicial habían acudido al
lugar de los hechos para realizar la pertienente inspección
ocular y tomas de muestras (a través de la Policía
Científica) de los materiales hallados en el todavía
‘atillo’ que se estaba preparando el porteador cuando
ocurrieron los hechos.
El despliegue de la investigación se realizó de inmediato.
Se detectó la procedencia de la mercancía que manejaba el
marroquí herido y se realizaron diferentes averiguaciones,
junto a la intervención de elementos compatibles que sirven
ahora de material analizable. Se descartaría cualquier
situación que viniese a determinar posibilidades de envío de
armas a través del paso del Biutz pese a la evidencia del
hecho de que un porteador resultó herido por el impacto de
una bala.
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Rumores que llegaron al otro lado de la frontera y que
causaron preocupación
El flujo de noticias era constante
desde mediados de la mañana de ayer y que especulaban sobre
el hecho ocurrido en el entorno del Polígono del Tarajal.
Suceso que acabó con un porteador herido por el impacto de
una bala. Esos rumores cayeron inmediatamente también en el
lado marroquí de la frontera donde se aguardaba a manejar
información basada en certidumbres. El intenso flujo diario
de mercancía en tropel cargada a las espaldas de miles de
porteadores siempre dibujaron el escenario de la sospecha
sobre los artículos que pudieran ir camuflados entre los
elementos que conforman estos bultos. Los agentes de la
Seguridad marroquí suelen realizar cotidianamente -forma
parte de su operativa- inspecciones aleatorias de los miles
de fardos que circulan por el Biutz y por el Tarajal. Hasta
la fecha no se halló nunca nada que confirmaran las
permanentes sospechas ante el severo marcaje que realizan a
personas de aquí y de allí, compatibles con entornos
islamistas y que son muy perseguidos en Marruecos.
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