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ACTUALIDAD - DOMINGO, 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009


evacuando aguas. f. raso.

alerta naranja en la ciudad
 

Los sistemas de evacuación
de aguas pluviales resisten
a los moderados chubascos

Las precipitaciones de carácter leve
que visitaron la ciudad autónoma en la mañana de ayer no dejaron en Ceuta
más de 15 litros de agua por metro
cuadrado, sin crear ningún caos

CEUTA
Redacción

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La escasa intensidad de las precipitaciones y las mejoras en la red desagüe consiguieron que la alerta naranja decretada por la Agencia Estatal de Metereología para la Ciudad Autónoma de Ceuta se quedara en agua de borrajas y no se registraran más que pequeños incidentes y anécdotas. Los sistemas de evacuación de aguas pluviales funcionaron razonablemente y la presunta amenaza se solventó con poco más de veinte salidas de bomberos y la diligencia del personal de Saneamiento.

El recuerdo de las graves inundaciones que padeció la ciudad el año pasado por estas mismas fechas se desvaneció en la mañana de ayer en menos de tres horas. Las lluvias anunciadas por la Agencia Estatal de Meteorología, y que situó a la ciudad en alerta naranja, no fueron, ni mucho menos, lo que se estaba esperando para los embalses ni lo que se estaba temiendo para los puntos negros del sistema de evacuación de aguas pluviales.

No más de 14,8 litros por metro cuadrado se recogieron ayer en el istmo tras las moderadas precipitaciones que visitaron la ciudad desde las 10 de la mañana hasta la una de la tarde, cuando paró de llover.

Así lo detalló Protección Civil, si bien puntualizó que la tormenta seca comenzó a las ocho. Sólo dos horas después llegaron algunos chubascos intermitentes y después la lluvia persistente pero moderada.

El tráfico tampoco tuvo incidencias muy importantes aunque, en todo caso, las carreteras de la ciudad se vieron toda la mañana muy de- sahogadas. Desde Protección Civil sólo notificaron un accidente en Parques de Ceuta que, según apuntaron, no estuvo directamente causado por la lluvia.

Así las cosas, el temido aguacero pudo solventarse con poco más de veinte salida de bomberos para asuntos menores como achiques de agua, control de filtraciones en viviendas y caída de cascotes en la Avenida de La Marina. Con esto y con algunas intervenciones de los operarios de Saneamiento municipal por distintos puntos de la ciudad para lograr que los sistemas de evacuación de aguas pluviales funcionaran, se resolvieron todos los contratiempos. O casi.

Desde Protección Civil se admitió que la zona más conflictiva había sido la barriada de El Príncipe, y este mismo periódico pudo comprobar que en Agrupación Sur nº12, en una bajada del enclave, los vecinos echaban chispas por lo que, de nuevo, les había vuelto a suceder.

La alcantarilla se había colapsado y aguas fétidas cargadas de fango y residuo habían subido varios centímetros sobre el ras del suelo donde se levantaban las viviendas. “Pagamos muchos impuestos, hemos interpuesto varias denuncias para que nos arreglen la alcantarilla, y nos sucede esto una y otra vez”, estallaba una vecina de la calle visiblemente enojada.

La casa de Ahmed Mohamed, situada en la parte más baja de la callejuela empedrada, había corrido la peor suerte. El agua enlodada había entrado por el vestíbulo hasta anegar el salón, directamente desde la boca del alcantarillado situada frente al mismo portón de la vivienda. “Yo vivo solo, los bomberos han venido pero apenas han hecho nada más que desatascar la alcantarilla. Tengo problemas de espalda, no puedo recoger todo esto”, se lamentaba el sexagenario vecino.

Viviendas ilegales


Desde el Ayuntamiento excusaban esta situación dadas las peculiaridades urbanísticas del Príncipe. “En esta barriada hay muchas construcciones ilegales, donde se levantan balconadas y se obvian los desagües, y claro...”, apuntaron fuentes municipales.

Desde el Gobierno local subrayaron que la situación no había llegado, ni mucho menos, al límite de lo extraordinario y que no había tenido que reunirse el comité de crisis como en anteriores ocasiones. La alerta naranja generó una situación de sospecha y precaución que no se vio confirmada por la realidad.

Incluso desde Protección Civil se explicó que se había padecido el nivel más bajo de la alerta naranja. “En todo caso, hay que considerar que por la especial configuración geográfica de Ceuta siempre hay que estar prevenidos, porque se puede pasar en sólo unos segundos de la alerta amarilla a la roja”, indicaron.
 


Ambiente mefítico en los garajes de la zona baja de Benítez

Un garaje utilizado como almacén en la calle Robles, en la barriada de Benítez, padeció otra de las consecuencias indeseables que los aguaceros tienen en algunos puntos de la ciudad: los malos olores. El propietario, Ali Mohamed, con el husillo de la alcantarilla levantado y pala en mano, intentaba desatascar un desagüe adonde iban a parar aguas residuales de varias viviendas, que al desbordarse creaba un ambiente mefítico en el almacén. De esta manera, mientras él luchaba con el desagüe, un compañero se empleaba en esparcir agua y zotal hasta en el último rincón del garaje rodeado por un canal de evacuación.
 


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