No hay que engañarse, Ceuta no es la panacea del turismo
pero es algo. Cada vez más. Ha apostado por ello. Pero los
hoteleros tienen claro que lo primero para alcanzar la meta,
es solucionar el coste de la insularidad. Mientras tanto,
ellos despistan una crisis que dicen que en la ciudad
autónoma no se nota manteniendo altas cifras de ocupación y
confiando cada vez más en el turista marroquí. Para el
invierno, visitantes con fines laborales o comerciales y
grupos mantienen el volumen de negocio a buen nivel.
La ocupación de las plazas hoteleras de Ceuta en lo que
llevamos de temporada estival no ha bajado del 80 por
ciento. Ninguno de los tres hoteles de la ciudad han notado
la crisis. Sus directores viven día a día la situación
turística por la que tanto se ha apostado desde el Ejecutivo
autonómico y bailan entre unas estadísticas que han mejorado
con el paso de los años pero que aseguran, pueden mejorar
aún más.
El Parador La Muralla está en la actualidad al 95 por ciento
y hay días en que se ve obligado a colgar el cartel de
completo a clientes que llegan a última hora sin establecer
reserva previa y no encontrarse en ese momento con ninguna
habitación libre.
En el Tryp, apenas 300 metros más allá, situado en plena
Gran Vía, el hall principal está más lleno que nunca a media
mañana. Su ocupación es similar al de Las Muralles Las cosas
como son.
También en el Ulises, en pleno Paseo del Revellín, el
director, Daniel González, ha conseguido incrementar en unos
seis puntos el volumen de clientes. Lleva medio año en el
cargo procedente de destinos ya afianzados en el sector como
el Levante. Allí se resienten. “En Ceuta no”. Pero cree que
sigue siendo necesario confeccionar un colchón amortiguador
durante los meses de mayor bajada en el flujo turístico en
el que apenas se supera el 40 por ciento salvo excepciones.
José Ávila lleva ocho años al frente del Tryp. Sus
estadísticas le corroboran que Ceuta no vive un período de
recesión como en el resto del páis. Y si bien es cierto que
el pasado mes de agosto iba mejor que este año (unos dos
puntos de ocupación por encima y aún hay que ver como se
manejan en la época de la festividad musulmana), julio ha
ido mucho mejor que en 2.008. Aún queda agosto y pueden
mejorar los datos que tienen un nada despreciable 85 por
ciento de ocupación total. Eso sí, Ávila reconoce que el
primer trimestre no fue muy halagüeño. La clave para superar
los meses de mayor bajón turístico es centrarse en las
buenas promociones y ofertas, en los campeonatos deportivos,
los congresos... “Lo primero es solucionar la insularidad y
el abaratamiento del transporte hasta aquí”, explica Daniel
González.
Pero claro está que para todos bienvenido sea el proyecto de
integrar a Ceuta en la Red de Estaciones Náuticas o
cualquier otro que siga situándo en el mapa a una ciudad
“con posibilidades y por la que el Gobierno apuesta
turísticamente a todas luces”.
Y al problema de la cuantía del barco se añade otro que
destaca el responsable del Muralla: la necesidad de formar
al trabajador de la hostelería. “Debemos ser hábiles y
apostar de lleno por formar a los trabajadores del sector
para ofrecer al cliente el mejor de los servicios”, apunta.
La idea de la Escuela de Hostelería y Comercio sale a la
palestra. “Eso evitaría que los jóvenes se fueran a formar a
la península y se quedarán allí”.
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La promoción es la clave para mantener la ocupación todo el
año
Invierten en promoción como la
mejor herramienta para contribuir a mantener cifras de
ocupación notables durante todo el año. El invierno es
complicado alcanzar grandes llenos pero cada hotel busca sus
clientes. Desde los fijos, a los empresarios, agentes
comerciales, equipos deportivos, grupos de turistas o
viajeros que apuestan por una oferta interesante y económica
que se les ofrece desde el alojamiento. Los hoteles saben
que deben centrar sus esfuerzos en conseguir combatir las
temporadas bajas y se esfuerzan con políticas de promoción
que funcionan. La oferta de oferta es pasable. Ni buena ni
mala. Conseguir que sea el paso más transitado para entrar
en África sería un gran paso.
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