Árboles frondosos en el entorno y dos fuentes, además del
mobiliario urbano necesario para que los ciudadanos puedan
disfrutar de la estancia en la nueva plaza del Revellín:
este es el planteamiento básico del autor del proyecto,
quien prevé para los vértices de este espacio la plantación
de un magnolio y de especies similares a las moreras de Gran
Vía.
Álvaro Siza, autor del proyecto de La Manzana del Revellín
buscaba ayer ejemplos de los árboles que quiere para el
entorno de la Manzana, con copas anchas que proporcionen la
protección necesaria frente a la intensa luz ceutí. De forma
muy gráfica y a la sombra que ofrecía el edificio del
auditorio a una hora, apenas pasado el mediodía, en la que
el sol caía plomo sobre la ciudad, el arquitecto explicaba
ayer sus preferencias para un nuevo espacio público que
será, dice, la versión renovada de una plaza mayor. Siza
desea que el corazón del complejo sea un lugar “de paso”,
pues está abierto a las calles adyacentes, y también de
estancia para los ciudadanos.
Con un gesto de sus manos, el arquitecto describía el tipo
de árbol que busca para el entorno de la Manzana. Como
ejemplo, señalaba un ejemplar de gran porte que adorna el
patio de la cercana residencia de la Comandancia General, en
la calle Padilla. También se ha fijado, como modelo a
seguir, en las moreras que proveen de una tupida sombra a la
placita situada en la confluencia de Alcalde Víctori
Goñalons con Gran Via.
Como ya anunciara a EL PUEBLO en su última visita de obra,
hace apenas cinco semanas, la plaza central y la de acceso
estarán dotadas con fuentes, que en el caso de la rampa
entre Padilla y el Revellín, irá en el centro y rodeada de
árboles y bancos. En otro de los vértices, el que da al
paseo de Colón, Siza planea que se plante un magnolio. La
otra fuente irá ubicada, de acuerdo con los datos que
ofrecía ayer, junto a los edificios del Conservatorio.
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