Son alrededor de 30 los niños de la cofradía de Las Penas y
la Humildad y Paciencia los que cada noche ayudan a llevar
adelante la caseta de la feria de Las Penas. A uno le llama
la atención sentarse a la mesa y ser atendido por un chico
que no llega tan siquiera a los 18 años. Suelen ser de
edades de entre los 13 años a los 16 ó 17, es decir, jóvenes
de la ESO. “Ayer -por el jueves- todos eran de primero de
ESO”, dice Alberto Díaz, profesor de primero y segundo de
ESO de Ciencias Naturales. La mayoría suele ser del colegio
San Agustín, muy involucrado desde siempre con esta
cofradía, son uña y carne.
Los nazarenos cambian en feria el capirote y la túnica por
la camiseta verde patrocinada por Instituto Oftalmológico y
las ganas de trabajar. “Lo hacemos por nuestra Virgen y
nuestra cofradía”, dice una de las chicas colaboradoras.
“Durante el curso ya vamos hablando de la feria y
organizando un poco todo; y por el messenger, ahora en estos
meses de verano que no nos vemos, vamos concretando”,
explica Díaz. Cada noche trabajan unos 15 camareros, algo
que redunda en una mejor atención. “A veces lo hacen mejor
que los mayores”, termina el profesor.
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