Las obras en las que se acumulan vertidos incontrolados,
sobre todo, de vehículos, y que afectan al propietario,
entre otras, de la nave industrial de Almacenes Mame,
corresponden a la segunda fase de urbanización de Loma
Colmenar, promovida por la entidad pública empresarial del
suelo, SEPES.
La primera fase de este proyecto consistió en la preparación
de los terrenos necesarios para la implantación del nuevo
hospital y la generación de suelo con capacidad para 1.000
viviendas protegidas, equipamientos social, deportivo y
educativo y zonas verdes, todo ello sobre una superficie de
25 hectáreas. El objetivo de la segunda parte de las obras
es la urbanización de otras 10 hectáreas de suelo que
acogerán 800 viviendas y para la que se previó una inversión
de 18 millones de euros. En torno al vial que atraviesa el
terreno de la segunda fase, que enlazará mediante una
rotonda con la zona del puente del Quemadero, se ha
proyectado la construcción de un polígono industrial con 33
parcelas. Esta zona se separará de la residencial con una
franja de terreno ajardinada.
Las obras de la segunda fase comenzaron a ejecutarse a la
espera de la retirada del depósito judicial de vehículos
‘Rivero’, que se encuentra muy próximo a la zona de las
naves en la que se ubica Almacenes Mame. Según señaló el
consejero de Fomento, Juan Manuel Doncel, el traslado del
depósito se producirá de forma “inminente”, pues la
operación está sólo a la espera del acondicionamiento del
espacio en el que se reubicarán los vehículos, en terrenos
del puerto.
En el espacio intermedio entre el depósito Rivero y
Almacenes Mame y como fruto de los movimientos de tierra de
las obras, según relata el empresario Antonio Becerra, se
han ido acumulando otros residuos que las máquinas se han
encontrado a su paso. Estos coches forman otra barrera entre
las naves y el depósito. En medio del nuevo vial que se
construye también podía observarse ayer la presencia de otro
coche y una furgoneta abandonados.
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