Protagonista de la semana tras la aprobación del nuevo
sistema de financiación autonómica, el consejero de Hacienda
ceutí, Francisco Márquez, se prepara ahora para librar,
también en buena lid, su siguiente batalla económica con el
Estado, la de la financiación local. La primera la terminó
entre alabanzas de su partido, de la oposición local y hasta
de la melillense. Embarcado en la presentación, el miércoles
ante el Pleno, del Plan de Saneamiento y Estabilidad
Financiera (PASEFI) para el Presupuesto de este año. Además,
mira hacia el futuro y no renuncia a impulsar una
reconversión del modelo productivo ceutí que lo ligue,
mientras no llegue la aduana comercial, al ámbito de las
Nuevas Tecnologías.
Pregunta.- A usted le gusta mucho comparar su tarea al
frente de la Consejería de Hacienda con la gestión de una
economía familiar. ¿Le cuesta mucho hacer que la Asamblea
llegue a final de mes?
Respuesta.- Lo hago cuando me dirijo al ciudadano normal y
corriente que no tiene por qué saber de la distribución de
competencias en una Administración ni de la mecánica de los
procedimientos. Ambas cosas tienen mucho que ver: este
departamento se dedica a administrar los fondos de los que
dispone la institución para conseguir que las previsiones de
ingresos se ejecuten al máximo con el fin de poder invertir,
hacer viviendas, comprar vacunas... Mi obligación es tener
las cuentas de la Ciudad debidamente saneadas para que no
tenga problemas a corto, medio o largo plazo. A día de hoy,
y a pesar de la tormenta tropical que azota las cuentas de
todas las Administraciones, las cuentas de la Ciudad se
siguen desarrollando moderadamente bien.
P.- ¿Qué porcentaje de técnica y cuál de política tiene su
quehacer diario al frente de este departamento?
R.- Este es un área muy técnica, pero volcada en la
política. La política necesita cifras para poderse aplicar.
Hay un 100% de cada parte, pero la dirección es política,
soportada evidentemente con argumentos técnicos.
P.- Administra pero no decide en qué se gasta y en qué no el
dinero
R.- Somos una herramienta del Gobierno en su conjunto. Esta
consejería no tiene que decidir si el dinero está mejor o
peor empleado, sino si gastos e ingresos se ajustan a lo
previsto y, en su caso, reconducir su evolución cuando no es
así.
P.- Y velar por el “desenvolvimiento presupuestario”. ¿Qué
quiere decir con esa expresión que tanto utiliza el
presidente?
R.- Que el Presupuesto es un documento vivo que intenta que
la realidad de ingresos y gastos durante el año se ajuste al
documento que se elabora a finales del ejercicio anterior.
Eso no siempre se consigue, como ocurre ahora, y por ello en
el Pleno de junio y en el del miércoles presentaremos las
medidas necesarias para que los desembolsos previstos puedan
ejecutarse.
P.- En estos momentos el déficit de ingresos previsto
asciende a 17,5 millones. ¿Qué lo ha motivado?
R.- Hemos estado muy atentos a la evolución de la situación
económica y esto nos ha permitido reaccionar a tiempo. La
desaceleración, que nos ha llegado con cierto retardo, pero
también la sufrimos, ha causado una evolución negativa de la
recaudación propia y los parámetros macroeconómicos a nivel
nacional también se han derrumbado, y además cuando el
Presupuesto ya estaba hecho. Eso nos afecta en las
transferencias del Estado, sobre todo en la partida de
compensación por minoración de recaudación del IPSI.
P.- ¿Cuál es su receta?
R.- Primero, responsabilidad y realismo, no ocultar ni
maquillar las cifras. Entendemos que esta es una situación
coyuntural y generalizada, en casi todos los casos de una
forma mucho más acusada que en Ceuta. Lo importante esa
salir de esta situación con dignidad y manteniendo nuestro
nivel de servicios. A día de hoy ningún servicio público ha
perdido calidad; los compromisos de pago se atienden,
priorizando además a los pequeños y medianos empresarios
locales, con los que nunca hay retrasos...
P.- En la calle se escuchan otras versiones al respecto
R.- Pues no es cierta. La Ciudad cumple con todos ellos en
el plazo de entre 3 y 5 meses. Los retrasos los hay con
grandes empresas que tienen capacidad para soportarlo, pero
en un mes limpiaremos nuestro capítulo de deudas. Además,
este año cumpliremos sin problemas la gestión del Capítulo
I, mejor que el año anterior incluso asumiendo retrasos
anteriores como los de las horas extraordinarias, que se
liquidan este ejercicio puntualmente. Aquellos que dicen que
en la caja hay telarañas... A las pruebas me remito.
“Deuda viva”
P.- ¿La deuda de la Ciudad asciende a día de hoy a 100
millones de euros?
R.- Es una cifra engañosa. La deuda viva ronda esa montante,
pero un tercio son pólizas a corto plazo que no computan
carga financiera, son adelantos. El resto es una cantidad
ínfima en relación con el endeudamiento de otras entidades y
con nuestra capacidad de pago. Los bancos nos siguen
prestando dinero cuando lo pedimos. Por algo será.
P.- ¿El epicentro de esa tormenta tropical económica de la
que habla ha pasado, está pasando o aún no ha llegado a
Ceuta?
R.- Me siento muy satisfecho de poder decir, con el respaldo
de informes técnicos, que las cuentas de la Ciudad están
debidamente saneadas de aquí a 2015.
P.- Los ingresos han evolucionado a la baja. ¿Y los gastos?
R.- Están evolucionando conforme a lo presupuestado o por
debajo y estamos cumpliendo con los criterios de austeridad
establecidos. No obstante, la caída de los ingresos exigía
una intervención decidida para asegurar que el conjunto de
los gastos se podría realizar de la forma prevista y, por lo
tanto, que los servicios tengan la cobertura presupuestaria
necesaria.
P.- ¿Usted sabría decir cuántas personas se han incorporado
a la nómina de la Ciudad este año?
R.- No. No es mi capítulo. No es mi tema, pero sí puedo
garantizar que todas las personas que hayan empezado a
trabajar para la Administración local están dentro de la
previsión presupuestaria. Nos hemos preocupado mucho de ello
y estoy en condiciones de decir que actualmente hay
economías en el Capítulo I.
P.- ¿Me dirá también que no es su tema, pero cómo se
compagina la austeridad presupuestaria en el ámbito de
Personal con convenios como el recientemente firmado para la
plantilla de Obimasa?
R.- No lo sé.
P.- ¿Cuál fue la primera cifra que puso sobre la mesa al
empezar a negociar la financiación autonómica?
R.- Ceuta hizo hace un año uno de los mejores trabajos de
los últimos años para esta ciudad porque nos sirvio
ínternamente para diseccionar las necesidades de las
distintas áreas y servicios. También nos sirvió para
constatar un déficit muy acusado en la prestación de
servicios transferidos de unos 18 millones de Ceuta; para
probar que hacemos aportaciones muy importantes en
competencias del Estado como Educación o Sanidad y para
cifrar el gasto extra que supone en esta ciudad, y no en
otras, la prestación de servicios como limpieza o seguridad.
Todo ello sumaba cantidades muy elevadas.
P.- ¿Cuánto?
R.- Alrededor de 36 millones de euros desde la posición más
conservadora.
P.- Si un equipo quiere vender a un jugador por 36 millones
y sólo obtiene 15 se considera un fracaso. ¿Por qué está el
Gobierno ceutí tan contento?
R.- El resultado era nuestro límite inferior porque se
corresponde con el déficit de las funciones y servicios
transferidos, pero tenemos por delante un camino largo en el
que el Estado se ha comprometido a seguir contribuyendo.
Ahora empieza, por ejemplo, la renegociación de la
financiación local, por la que ahora percibimos 15,6
millones anuales. Ahí nos veremos, pero también desde una
postura moderada y prudente. No queremos atracar a nadie,
sino acompañar al resto de las Autonomías en su evolución
natural para conseguir más recursos y ofrecer mejores
servicios a sus ciudadanos.
La “reconversión productiva” local
P.- Volvamos a la crisis. Las aspiraciones a medio plazo de
la Ciudad parecen menos ambiciosas para cuando germinen esos
“brotes verdes” que dicen apuntar una recuperación de la
economía que las del Gobierno central, que afirma aspirar a
aprovechar la coyuntura para cambiar el modelo productivo
del país. ¿Ceuta puede ir hacia otro modelo o sus
condicionantes lo imposibilitan y la obligan a un nivel de
dependencia altísimo del Estado?
R.- Ceuta inevitablemente va a tener siempre unos nexos
económicos importantísimos con el Estado, sea cual sea el
modelo productivo. Eso no quiere decir que no sigamos
trabajando para encontrar fuentes de financiación propias.
En cualquier caso esto ha sido así siempre, y yo creo que
ahora es el momento en el que tenemos más recursos propios.
Yo creo que por las Nuevas Tecnologías, por las que parece
pasar esa reconversión productiva que promueve el Gobierno
central, también pueden abrir grandes campos de futuro para
Ceuta.
P.- Sorprende que las reformas fiscales acometidas no lo
hayan tenido en cuenta para incentivar la instalación de
Ceuta de ese tipo de empresas, que no necesitan el suelo que
no tenemos
R.- No hay que anticipar las cosas. Hasta ahora lo que hemos
hecho es una reforma con el objetivo primordial de asegurar
la estabilidad presupuestaria en el capítulo de recaudación
y con el menor coste para el bolsillo menos pudiente.
P.- ¿Eso quiere decir que tiene pensado promover alguna
iniciativa fiscal para bonificar la llegada de compañías
ligadas a las Nuevas Tecnologías?
R.- Anticipo que se irá por ese camino, por promover
actividades que se pueden desarrollar pero que no son
intensivas en suelo ni en personal de muy alta cualificación
como pueden ser las de las Nuevas Tecnologías o las de los
servicios vinculadas a ellas.
P.- ¿Ahí ve el futuro económico local?
R.- Mientras no consigamos una relación normalizada desde el
punto de vista comercial con Marruecos, sí.
Marruecos, política y economía
P.- ¿El mayor problema de Ceuta no es, entonces, la
revindicación política marroquí, sino los obstáculos
económicos que genera?
R.- La reivindicación territorial marroquí es un problema
político con el que nos ha tocado vivir y que me imagino que
se mantendrá en el tiempo por generaciones, pero
evidentemente también genera problemas económicos, pues
parece impedir una relación normalizada entre vecinos. Nos
gustaría que se superara esa situación, pero desde el punto
de vista competencial se nos escapa.
P.- ¿Una aduana comercial sería la madre del cordero?
R.- La aduana comercial supondría un antes y un después y
seguramente daría paso a una Ceuta irreconocible, ya que
estoy convencido de que podríamos ser un polo de exportación
de servicios para una zona pujante desde el punto de vista
económico y turístico como es el Norte de Marruecos e
incluso una plataforma alternativa a Tánger de entrada de
mercancías en el país vecino.
P.- ¿Qué tipo de servicios podría ofrecer Ceuta?
R.- Sanitarios, financieros y tecnológicos básicamente, tres
servicios deficitarios en nuestro entorno. Además Marruecos
tiene una oferta cultural y de ocio diferente a los países
europeos, por lo que también ahí somos alternativos y
distintos.
P.- ¿Para prestar esos servicios hace falta una aduana
comercial?
R.- Claro, para no tener problemas aduaneros. Un marroquí no
puede venir hoy aquí a comprar una cadena de música de alta
fidelidad porque, teóricamente, en el Tarajal no van a dejar
que la pase.
P.- En Tánger sí la va a encontrar, ahora más cara, pero
quizá no cuando se complete el desarme arancelario
R.- Ceuta tiene, y yo creo que siempre la va a tener, una
situación especial desde el punto de vista impositivo
gracias a nuestro Régimen Economico y Fiscal (REF) especial,
que nos daría un plus de competitividad en esos servicios si
se implantasen aquí. Ceuta podría cooperar de una forma
modélica al desarrollo del Norte de Marruecos.
P.- Insisto: para que los marroquíes vengan a Ceuta a
comprar ropa o, en el ámbito del ocio distinto, a tomar una
cerveza si así lo desean no hace falta una aduana comercial,
sino sobre todo una frontera menos caótica, ¿no?
R.- Necesitamos una frontera normalizada desde el punto de
vista de personas, pero también de mercancías. Las dos
cosas. Si fuéramos puerto de entrada de mercancías,
plataforma logística, jugaríamos un papel similar al de
Algeciras para el resto de España.
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