Marruecos ha lanzado una ofensiva decidida a cercenar toda
posibilidad de financiación para asociaciones o grupos
radicales mediante el narcotráfico o, incluso, la
inmigración ilegal, y España apoya, respalda y actúa con las
fuerzas de seguridad del vecino país en ámbitos de
colaboración tanto a niveles superiores capitalinos, como en
la corta distancia en lo que se refiere a los entornos de
las ciudades de Ceuta y Melilla.
Y ello es así, según fuentes del Ministerio del Interior a
las que ha tenido acceso este diario, pese a la complicación
patente que supone el hecho del empleo de nombres en
Marruecos -por los que están siendo buscados- distintos a
los utilizados en España.
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