Casi dos años después del trágico suceso, los familiares de
los neonatos fallecidos en el INGESA el 30 de noviembre de
2006 continúan sin saber donde están los cuerpos de los
bebés.
Tal y como informó la presidenta del Defensor del Paciente,
Carmen Flores, el hospital se comprometió en aquella fecha a
hacerse cargo del entierro de los fallecidos aunque, a fecha
de hoy, los progenitores desconocen si los han enterrado o
si los han incinerado ya que el centro sanitario no ha dado
explicaciones, según explicó el letrado de la acusación
particular.
Por su parte, la familia mantiene en la acusación particular
que en el caso de que los bebés hubieran sobrevivido con
algún tipo de problema de salud, los hubieran tenido, por
ello entienden que el suceso se trató de una “clara
denegación de asistencia sanitaria, hurtando los licenciados
en medicina la decisión de los progenitores, sobre si se
debía o no, intentar salvar la vida de sus hijos”, refleja
el comunicado emitido por el Defensor del Paciente.
Éste, entre otros datos, podría reflejar también la decisión
adoptada por el Juzgado de Instrucción número 4 en la que
expresa que la responsabilidad civil en el presunto
homicidio imprudente podría ser del Instituto Nacional de
Gestión Sanitaria (INGESA).
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