La desgraciada muerte de dos porteadoras tras una avalancha
en una escalera de una de las calles del Tarajal propició
una mayor implicación de las Administraciones estatal y
autonómica para tratar de mejorar las condiciones de
funcionamiento de la actividad en el polígono.
Las medidas de seguridad, control y ordenamiento del flujo
de porteadores se han extremado con objeto de evitar nuevas
avalanchas pero los porteadores siguen estando, además en
las calles de los cuatro polígonos. Es por ello que el
descontento y la frustración siguen estando presentes entre
los comerciantes.
Muchos han sido los caballos de batalla de los empresarios
del Tarajal desde que el comercio atípico propiciado por la
apertura del Biutz en el polígono en 2005 empezará a decaer.
Algunos, no muchos, han dejado de estar dentro del decálogo
reivindicativo de la comunidad de propietarios mientras que
otros permanecen y se defienden con más fuerza.
Las dificultades para el movimiento de personas y mercancías
con destino u origen a las naves del Tarajal conforman ahora
el principal leit motiv de las protestas de los
comerciantes. Unos problemas que se han acrecentado tras las
nuevas disposiciones determinadas por la Delegación del
Gobierno después de las muertes. Medidas cuyo principal
objetivo es garantizar la seguridad y el orden y que están
funcionando, pero que dejan a los comerciantes como los
principales damnificados.
Entre el hastío, la frustración, el desengaño y la
desilusión se mueven ahora los empleados de las naves y
almacenes de los polígonos. Muchos de ellos se reunieron el
pasado viernes en el local social del polígono. Los
representantes de la comunidad de propietarios convocaron a
los comerciantes para dar cuenta de lo sucedido en la
reunión de coordinación desarrollada en la Delegación del
Gobierno el miércoles. Un encuentro donde la entidad de la
plaza de los Reyes dejó patente que el proyecto de los
empresarios del Tarajal para el ordenamiento de los
porteadores “no reúne las condiciones necesarias de
seguridad” para estos trabajadores transfronterizos.
Durante esta reunión fueron infinitas las quejas de
comerciantes por las dificultades que encuentran cada día
para que sus clientes o la mercancía accedan hasta sus
naves. El control de la Policía es férreo y durante el
periodo de tiempo en que está abierto el paso del Biutz el
acceso a la instalación está restringido, incluso para los
viandantes en muchas ocasiones.
El debate llegó al extremo de decidir que era necesario
desarrollar alguna medida de presión o protesta ante la
situación. Es entonces cuando se propuso la posibilidad del
cierre de los accesos al polígono y las naves. “Va a haber
cierre al cien por cien en los próximos días”, aseguró
Mohamed Ahmed, portavoz de la comunidad de propietarios.
La fecha concreta no está aún decidida puesto que los
comerciantes no quieren desaprovechar el factor sorpresa. La
decisión no es firme, sobre todo porque también se
escucharon voces discordantes acerca de la opción de
ejecutar tales medidas de protesta. No obstante, la
disparidad de criterios y opiniones en el seno del Tarajal
no es tampoco algo nuevo habida cuenta de que son cuatro los
polígonos que componen esta instalación, que cuenta con 230
naves.
Los comerciantes recuerdan hasta la saciedad que son los
propietarios de los viales (calles) que circundan el
polígono, por lo que se consideran facultados para emprender
esta acción. Así, la idea es la de cerrar las puertas de
acceso al polígono sobre las 7.00 horas, antes de la
apertura del puente del Biutz.
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Ahmed: “Está bien que haya medidas de seguridad, pero es que
es imposible circular por las calles”
Los comerciantes no se niegan a
que la Policía Nacional se despliegue por las calles y
desarrolle su trabajo en pos de la seguridad y el
ordenamiento de la gran masa de porteadores pero entienden
que ello debería ser compatible con el ejercicio de la
actividad de ventas en las naves. “Está bien que haya
medidas de seguridad pero es que ahora mismo nos resulta
imposible circular por el polígono”, resume Mohamed Ahmed,
portavoz de la comunidad de propietarios. Este se mostró
enojado porque cada día “muchos de nuestros clientes se van
al serles denegado el acceso a la instalación”. “No podemos
permitir que llegue un comprador y se le diga que no puede
pasar”, apuntó. Este volvió a recordar que el polígono es
una instalación privada donde, por ley, debe prevalecer el
derecho a la libre circulación de personas y mercancías.
Algo que no ocurre de hecho. Las medidas para garantizar un
acceso ordenado de los porteadores al Biutz han provocado
que estos ocupen calles de los cuatro polígonos, extendiendo
a más sitios las molestias.
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