La historia sigue en el polígono del Tarajal. Días después
de la avalancha que el lunes se cobró la vida de dos
porteadoras en una de las escaleras que da a la I Fase del
polígono del Tarajal, la actividad vuelve a las calles de la
instalación. Eso sí, tampoco puede decirse que la jornada de
ayer pueda compararse a un día normal puesto que la
presencia de porteadores fue más bien escasa.
La presencia de la Policía Nacional era patente en cada
esquina, en cada punto de control y en cada zona de
conflicto. Todo ello a pesar de que, por el momento, no ha
aumentado el número de efectivos de la UIP.
Ni la Policía Nacional ni los comerciantes tienen porque
encontrarse a partir de ahora con un polígono atestado de
porteadores nerviosos por hacer su primer paso por el Biutz
a eso de las 7.30 horas de la mañana. La Guardia Civil tiene
orden de no aperturar hasta las 8.00 horas la puerta del
vallado que separa uno de los laterales del polígono del
Tarajal con uno de los carriles de la frontera.
Así ocurrió ayer. Desde primeras horas de la mañana, la
tranquilidad era la nota predominante. “Aunque no vendamos,
pero que haya calma y normalidad en nuestras calles”, relató
con cierta sorna uno de los comerciantes de la I Fase.
Cierto es, por otra parte, que el día de ayer fue bastante
atípico. Quedaba aún reciente en la memoria de los
porteadores las avalanchas del lunes. Este hecho y las
reticencias de Marruecos a dejar fluir alegremente
mercancías y porteadores evidenciaron que la cantidad de
ciudadanos dedicados a esta suerte de comercio
transfronterizo era más bien baja. Así lo confirmaron
fuentes policiales consultadas.
De todas formas, desde la Delegación no dudan en afirmar que
las medidas están causando su efecto. Pero claro, para más
conclusiones habrá que dejar pasar algo más el tiempo.
Presencia policial
El control que la Policía Nacional demostró ayer sobre las
calles más ‘calientes’ del polígono es total. Ello a pesar
de que no ha aumentado el número de efectivos. Algo que se
hará previsiblemente en próximas semanas.
La maldita escalera, marco de la tragedia, permanecía casi
sellada por la presencia policial. Abajo un camión de la
Policía Nacional. Arriba dos agentes. Además, los efectivos
de los cuerpos de seguridad habían tomado posiciones,
normalmente en grupos de dos o tres, tanto en la calle
principal de la I y la II Fase, como en la subida al Biutz
desde la entrada alta del polígono de la Chimenea, y también
en la vía que viene desde Alborán hasta el paso
transfronterizo. Las tras calles, arterias principales del
polígono y vías de paso de los porteadores estuvieron ayer,
como en jornadas anteriores, restringidas al tráfico y al
movimiento de personas mediante un vallado provisional.
Por otro lado, ayer podía comprobarse también como alguna de
las medidas propuestas por la comunidad de propietarios
estaba ya en marcha. La Policía Nacional dividió a la
entrada del polígono a porteadores y porteadoras para que
cada grupo siguiera un camino distinto. Así, los hombres
circularon desde el polígono de la Chimenea, por uno de los
laterales del polígono. Una calle larga cuyo flanco derecho
estaba acotado con vallas para el tránsito de los
porteadores. Mientras, las mujeres tenían el camino expedito
entrando desde la Chimenea por la calle que da con el Biutz
frontalmente y por la I Fase (el otro lateral que da al
paso).
La jornada se desarrolló con normalidad. No hay constancia
de ningún incidente ni de la intervención de los sanitarios.
Habrá que ver si todo continúa así en días sucesivos.
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Piden que la frontera ejerza como válvula de paso para
evitar el colapso de porteadores por los viales
Son muchos los años intentando
comerciar en las naves del polígono del Tarajal. Incluso se
diría que en los últimos tiempos los vendedores pasan más
horas al día atentos a la circulación de los porteadores que
en estar con sus clientes. Los comerciantes tienen claro dos
cosas: que es necesario que el control de acceso de los
porteadores al Biutz (la gran masa al menos) se haga fuera
de las calles y que la frontera debe ejercer de válvula
reguladora de entrada de estos a territorio español. Tiene
cierta lógica, aunque está por ver si el personal dispuesto
por la Administración General del Estado en la frontera
tiene capacidad organizativa y de espacio para hacer esperar
a los porteadores hasta desatascar el polígono.
Evidentemente que, como en casi todo, para ello haría falta
contar con la colaboración de Marruecos. Y es que el primer
punto de control debe ser Bab Sebta. Toda esta información,
que comparten muchos empresarios, ha sido puesta en
conocimiento de la Delegación y hasta de los efectivos de la
Policía.
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