Dos mujeres, de 53 y de 32 años, naturales de la provincia
de Tetuán han resultado muertas por ‘aplastamiento’ después
de verse inmersas en una avalancha mientras bajaban por una
escalera de acceso entre los polígonos de Alborán y Chimenea
con una pendiente de 6 metros. Un hecho que ha sido
considerado oficialmente como un “accidente trágico e
inevitable” porque la Policía Nacional “también fue
arrollada por unas 200 personas” que salieron a la carrera
hacia el Biutz. El suceso dejó igualmente a nueve heridos de
diversa consideración aunque sólo una mujer de 45 años,
hermana de una de las fallecidas, sigue en el hospital.
El día de ayer, 25 de mayo, de 2009 quedará marcado en la
agenda de los sucesos en Ceuta como el día en que se cumplió
la ‘profecía’ tantas veces lanzada por los sindicatos
policiales (en especial el SUP) y reflejada en los medios de
comunicación.
Una avalancha provocada por “causas desconocidas” -no se
puede asegurar qué pasó-, así lo ha dicho el delegado del
Gobierno, José Fernández Chacón, provocó un “súbito”
desplazamiento masivo de unas 200 personas, a la carrera,
hacia las escaleras que comunica la parte alta de entrada al
Polígono con la zona de acceso donde se apelmazan los
porteadores para ir entrando por el acceso del Biutz.
La desgracia hizo que una de las fallecidas perdiera el pie
y cayera escaleras abajo favorecida por la presión y los
empujones de la masa. Una montonera mortal que dejó un
rastro trágico, en esta ocasión, al perecer dos mujeres. Una
de 53 años y otra de 32, ambas marroquíes naturales de la
provincia de Tetuan llamadas Sora y Buchra. La dramática e
incontrolada avalancha dejó un rastro de nueve heridos más.
La víctima más grave que aún permanece en el hospital es una
mujer de 45 años, hermana de la fallecida de menor edad, que
presentaba fracturas de costillas y policontusiones en el
rostro por la caída, golpes y pisadas.
061
El delegado del Gobierno, en comparecencia de prensa para
dar cuenta de lo sucedido, hizo especial mención a la
rapidez y buen hacer sobre el terreno de las unidades del
061 desplazadas hasta el lugar “donde se atendieron a 20
personas”, nueve de ellas trasladas al hospital y de entre
las tratadas, se atendió a 4 policías con golpes y
magulladuras que fueron arrastrados por la avalancha humana.
La imagen, en el lugar de los hechos, asustaba. Miles de
porteadores apostados tras el cordón policial mientras las
sirenas no paraban de sonar y cualquier mal gesto podía
provocar el movimiento de personas cargadas hasta las cejas
abriéndose paso por todos los medios, como sucede cada día.
Hasta cuatro ambulancias medicalizadas llegaron para atender
‘in situ’ y trasladar heridos. Tras la primera contención
policial a cargo de la UIP, llegaron casi una treintena de
agentes más de la Policía Nacional, la mayoría de paisano
(Judicial e Información desplegados) que formaron el primer
cordón inaccesible. En la zona y al mando, el Jefe Superior
junto con el comisario. La Policía Local se desplegó (perterechada
de antidisturbios) por los alrededores del acceso al
Polígono para evitar la entrada de más porteadores. Antes de
la llegada de la comisión judicial para levantar los
cadáveres, la Policía tuvo que vaciar el polígono. Varias
carreras para intentar acceder al puente provocaron tal
decisión.
Policía marroquí
De modo que el segundo jefe de la frontera marroquí se
personó en el lugar de los hechos para coordinar con las
fuerzas españolas el acceso de los porteadores tras el
incidente.
A las 12’30 del mediodía se daba paso, a través de un
pasillo, al Tarajal para el paso de mercancías. El Polígono
del caos no recuperó su normalidad en una jornada donde las
avalanchas que regularmente se dan se cobró sus primeras dos
víctimas desde que el Puente del Biutz quedó abierto en 2005
tras las negociaciones iniciadas en 2002 pese a las
reiteradas advertencias de los sindicatos policiales.
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