Mientras “vuelo”, metafóricamente
hablando, en pos de un sitio con cobertura montuna de
internet, cruzando de paso los dedos para que la batería me
aguante lo suficiente, dos ágiles corzos saltan a la pista
trotando, un buen rato, delante del coche. Poco más adelante
un ratonero común (Buteo buteo), también conocido como “pardón”,
levanta el vuelo desde un pastizal y ya, encarando la
cumbre, una pequeña bandada de perdices aletean, rasantes,
al lado del coche. Va cayendo la tarde y el ambiente huele a
hierba segada, bosque y primavera. En el horizonte, un
cinturón de bruma se arrastra perezoso cayendo desde la
sierra mientras el sol, aun cálido, enfila su paso hacia el
ocaso cayendo hacia el oeste.
El Reino de Marruecos aprieta su paso buscando voluntades
que avalen su proyecto de autonomía como solución al
contencioso desencadenado por Hassán II en el Sáhara
Occidental (las “Provincias del Sur” para nuestros
expansionistas vecinos) tras la invasión de la Almassira
Khadra o “Marcha Verde”. Políticos y asociaciones, de aquí y
de allá, declaran sus simpatías en pro de la salida a la
marroquí mientras, en el otro lado de la trinchera,
movimientos afines al Frente Polisario mueven también sus
fichas. ¿La solución…?. Un día de estos y sin premura les
avanzaré mi idea, que de algún modo ya apunté en cierta
ocasión. Por lo demás el tiempo parece estar del lado de
Marruecos aunque, no obstante y de esto Rabat hace mutis por
el foro, la “entrega” a las tesis marroquíes implicaría como
paso previo el cambio de los acuerdos, ley internacional en
mano, al respecto, pues el referéndum entre la población
saharaui podrá o no ser práctico en este momento, pero desde
luego es vinculante.
Enfocando a Ceuta, siempre ciudad querida, la dividida
comunidad musulmana se debate entre diferentes tendencias
buscando una unidad de acción aun cuando fuere tan solo en
el plano religioso. El imám de la mezquita de Sidi Embarek,
mi apreciado Lyazid, acaba de hacer un llamamiento a fin de
cerrar filas y presentar una propuesta unitaria de rezo
colectivo cara al final de la próxima Pascua musulmana. Las
reacciones han sido de todo tipo, mientras la mayoría de los
fieles están a la expectativa. Sobre el plano teórico, las
asociaciones religiosas registradas legalmente se supone que
cumplen la legislación vigente estando en sintonía, en
principio, con los comunes valores constitucionales. De ello
precisamente charlé el otro día con uno de los máximos
responsables de la Fundación Pluralismo y Convivencia,
paisano del “culo mollao” casualmente; el hombre estaba muy
animoso y parecía tenerlo todo muy claro. Yo,
lamentablemente, le adelanté mis dudas y discrepancias. En
concreto, ¿qué opinarían ustedes si el PSOE, el PP o quien
fuere, se sientan mano a mano colaborando con asociaciones
del entorno de Herri Batasuna, afines a ETA…?. Pues, mutatis
mutandis, algo similar está ocurriendo cuando, desde
diferentes niveles de la Administración, se avala el
funcionamiento y organización de asociaciones presuntamente
religiosas controladas por militantes islamistas (y no voy
dar nombres) afines a movimientos radicales y
fundamentalistas como los Hermanos Musulmanes, el Tabligh o
los marroquíes de Justicia y Espiritualidad, para los que
España es una excelente retaguardia.
|