Luis Yáñez ha cumplido este año sus Bodas de Plata con el
PSOE, partido del que se sacó el carné en 1964 junto a
Alfonso Guerra. Anteayer llegó a Ceuta en su única salida de
Andalucía, adonde volvió ayer, de toda la campaña electoral
a las elecciones europeas para apoyar “con toda la
convicción” a la candidata ceutí, Izaskun Bernal, que se
refirió a él como “gran maestro y padrino”. Seguro, por
experiencia propia, de que la Eurocámara no es un cementerio
de elefantes, como critican desde fuera del PP y el PSOE,
sino un Parlamento en el que se trabaja “más” que en
cualquier otro nacional, Yáñez asegura haber percibido un
cambio sensible en Ceuta, para cuyas singularidades defiende
“una solución especial”.
Pregunta.- ¿Cómo han evolucionado las relaciones de la UE
con el Magreb y especialmente con Marruecos desde 2004?
Respuesta.- Han avanzado. En el Parlamento europeo se han
valorado las reformas que en Marruecos emprendió Mohamed VI
tras su toma de posesión, aunque el hecho de que no hayan
terminado de concretarse ha generado cierto desencanto.
Entre ambas partes hay una espina irritativa que es el tema
del Sáhara Occidental, que condiciona muchos nuestras
relaciones, aunque en cualquier caso siguen siendo estrechas
e intensas.
P.- ¿Han sido, son o pueden ser otras ‘espinas irritativas’
en la relación de Bruselas con Rabat las ciudades de Ceuta y
Melilla?
R.- No. Nunca. Para España Ceuta y Melilla no son temas de
Política Exterior, sino Interior. Nunca aceptaremos que
ambas ciudades sean objeto de ese tipo de debate, pero
Marruecos tampoco ha intentado hacerlo.
P.- En 2012 concluirá el proceso de desarme arancelario
Marruecos-UE. ¿Qué espera que pase entonces?
R.- Marruecos tendrá más facilidades para introducir sus
productos, especialmente los agroalimentarios, en Europa,
aunque siempre de forma gradual. Ese proceso no sólo genera
tensiones en Ceuta, sino también en el sector agrícola
europeo, pero a todos nos interesa, y más que a nadie a
Ceuta y a Melilla, el desarrollo marroquí. Somos
conscientes, sobre todo la Comisión, de que no podemos crear
una Europa fortaleza cerrada al exterior, pero las cosas hay
que hacerlas con inteligencia y gradualidad, sabiendo
compatibilizar los pros y los contras.
P.- Cuando deje de haber aranceles se supone que el
‘comercio atípico’ de Ceuta y Melilla desaparecerá. ¿Cómo va
Europa a fomentar la aparición de una actividad que compense
las pérdidas económicas que perderán las dos ciudades,
máxime Ceuta, que carece de aduana comercial?
R.- Es un tema que se está estudiando. Hay que encontrar una
solución para Ceuta, dentro o fuera de la Unión Aduanera,
pero tampoco podemos ignorar que estas dos ciudades son
frontera de un tercer país que también tiene opinión sobre
sus aduanas comerciales, y Marruecos no facilita siempre
este tipo de temas. Ello lo hace más difícil porque hay que
contar con la otra parte.
P.- Entonces, ¿dejamos el futuro económico ceutí en un
marrón oscuro casi negro?
R.- No, yo no soy pesimista al respecto. Creo que a medio y
a largo plazo se podrán encontrar soluciones satisfactorias
para defender los intereses económicos de Ceuta.
P.- En 2013 Ceuta habrá recibido más de 300 millones de
euros, según la comisaria de Política Regional, Danuta
Hübner, en fondos europeos. Usted que la conoce bien, ¿ha
percibido que con ellos haya cambiado mucho?
R.- Yo sí he notado un cambio. Por razones casi identitarias
el ceutí puede sentirse maltratado y un poco olvidado, pero
los datos son contundentes: ceutíes y melillenses son, en
términos per cápita, los ciudadanos europeos que más se han
visto favorecidos en el reparto de fondos europeos. En 2013
encontraremos la fórmula, por las singularidades y las
especificidades de Ceuta, para que no dejen de llegar
fondos. La Unión Europea es consciente de que a situaciones
excepcionales no se pueden dar respuestas normales. Lo
tenemos muy presente.
P.- ¿Teme que cuando a los españoles nos toque poner más
dinero del que recibimos, que no será dentro de mucho,
aparezca el euroescepticismo también en nuestro país?
R.- No creo. Es posible que la agricultura deje de percibir
tantos fondos, pero si hay reconversión, movilidad y
agilidad recuperaremos esa actividad y ese empleo en otros
sectores. En lo que no podemos caer es en el proteccionismo
y en la autarquía, como en 1929. No hay que tener miedo a
los cambios.
P.- Usted que ha estado en los dos papeles, ¿es muy distinta
la vida cotidiana de un diputado europeo a la de uno
nacional?
R.- Es distinta. Todos los parlamentos tienen similitudes:
control del Ejecutivo, preguntas, interpelaciones... La
diferencia está en la propia configuración de la Cámara. En
el Parlamento europeo somos 750 diputados de 27 países con
22 lenguas. Europa no es ni un Estado ni una configuración
de Estados. Es algo distinto. Es un ente difícil de
comprender, complejo institucionalmente. En la Eurocámara se
trabaja más que en un Parlamento nacional.
P.- Allí tienen ustedes una doble representación, una
socialista y una española que, a veces, imagino, se
opondrán. ¿Cómo se gestionan esos conflictos?
R.- La delegación socialista española tiene fama de estar
muy integrada, de separarse pocas veces del conjunto del
Grupo Socialista. En cinco años conflictos como el que usted
plantea habrán acontecido media docena de veces porque
además está muy mal visto que una delegación se comporte en
términos nacionales. Yo en Europa represento a todos los
europeos, y eso no siempre es fácil de hacer, de explicar y
de entender.
P.- “Europa es un ente”, ha dicho. ¿En esa estructura, en
qué cajón metemos a Ceuta, en el de ‘región fronteriza
alejada’, como propone Izaskun Bernal?
R.- Creo que más que las palabras lo importante es el
contenido. Esta ciudad, que llevo visitando muchos años,
debe estar tratada de forma especial porque su singularidad
también lo es. Cada parte de Europa tiene sus problemas,
especialmente si hablamos de su periferia. Habrá que buscar
una fórmula y un epíteto. Estamos buscando la mejor.
P.- Sabemos lo que Europa puede hacer por Ceuta pero, ¿qué
puede hacer la ciudad autónoma por la Unión teniendo en
cuenta su ubicación y su contexto geopolítico?
R.- De momento votar. Eso es sentirse jurídica y
políticamente más europeos, el mejor gesto que pueden tener
los ceutíes para comportarse como tales a todos los efectos.
|