El PP toma ventaja sobre sus competidores al Parlamento
Europeo. Todos esperaron a las 00.00 del viernes para pegar
los carteles en las vallas habilitadas para el periodo
electoral, pero los populares tenían guardado un ‘as’ debajo
de la manga y prepararon el primer plato fuerte de la
campaña para la jornada de ayer, en el pistoletazo de salida
de los 15 días de petición de voto de las formaciones.
Cristóbal Montoro es uno de los barones dentro del PP
nacional. Líder en economía, este jiennense de 59 años
volvió a Ceuta, pero esta vez, no como parlamentario
europeo, sino como diputado por Madrid y portavoz de
Economía y Hacienda en el Congreso. Desde que atracó su
ferry, a las 12.00 horas, hasta que terminó su última
conferencia, pasaron tres horas. No hubo descanso para él y
sí mucha concentración para mesurar sus palabras y vapulear
a la competencia, el PSOE, cuando a ello se prestó el tempo
de sus discursos.
Un taxi lo dejó en la puerta del Palacio Autonómico, cruzó
la calle y ya en la plaza de África ofreció sus primeras
declaraciones. Los medios de comunicación, ávidos de las
primeras incursiones electoralistas lo apabullaron con
flashes y preguntas a las que el político respondió con
plena satisfacción, sabeedor de que la victoria se construye
a base de golpes hacia el adversario y propuestas
alentadoras hacia los ciudadanos. Así lo hizo Montoro,
demostrando con su diálogo templado el porqué de la
expectación que levantó su visita.
La siguiente parada en su camino fue el mercado. Allí le
recibió el presidente de los concesionarios, Antonio Atencia.
Todas las figuras sociales de la ciudad -excepto los
sindicatos- tuvieron a bien recibir y prestar un apoyo,
aunque fuera momentáneo, al ex ministro de Hacienda. También
hubo personas que extrañadas ante el alboroto de periodistas
y gráficos se preguntaron quién era el famoso. Unos
evidenciaron estar al corriente de la cuestión política;
otros -bastantes- evidenciaron no prestar demasiada atención
a los famosos de la política. “¿Quién es? ¿Quién es?”,
preguntaban. Otros sólo esperaban la confirmación: “¿Ese qué
es, Montoro, no?”.
Durante todo el recorrido, el diputado estuvo acompañado por
los dos protagonistastas de la campaña: Francisco Márquez,
coordinador; y Adela Nieto, candidata número 30 al
Parlamento. Además, Juan Manuel Doncel, como secretario
autonómico y número dos del PP en Ceuta hacía las veces de
Pedro Gordillo, número uno y fuera de la ciudad por motivos
personales. José Torrado, presidente de la Autoridad
Portuaria, y los parlamentarios por Ceuta, González Pérez,
Cucurull y Sanín, además de vicesecretarios como Jorge Uriel
y Benjamín Álvarez, no lo dejaron solo. Tras visitar los
puestos del mercado y presenciar los momentos más
distendidos -aunque siempre con la alarma de la campaña
encendida- el cortejo popular visitó la Manzana del
Revellín. Delegado de la empresa constructora y arquitecto
de Procesa, entre otros, mostraron las entrañas de esta
faraónica obra de Siza, a la que todavía le falta el
revestimiento interior para abrir sus puertas al público.
Después de la segunda rueda de prensa ofrecida en menos de
tres horas, Montoro se sentó en uno de los salones del
Ulises. Allí se dirigió a los agentes económicos, sociales y
sindicatos. Por cierto, estos últimos declinaron la
invitación y desde el PP ceutí no saben si fue “por
despreocupación con la economía de la ciudad o por un
desplante”. La comida, también desarrollada en el hotel del
Revellín, se centró en el atún rojo y estuvo acompañada de
entremeses y frutas. Montoro se marchó a las 18.30. El
martes será Mayor Oreja, otra victoria segura, otro banquete
para el PP.
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