La acusación particular del caso de los neonatos fallecidos
en el hospital del INGESA en 2006 ha aportado al Juzgado de
Instrucción número 4, que lleva la causa, un informe
pericial realizado por una experta en Pediatría y
Neonatología de Madrid el cual avala la existencia de un
presunto delito de omisión de socorro, tipificado en el
artículo 196 del Código Penal. Dicho documento, al que ha
tenido acceso EL PUEBLO, constata que con los pesos que
registraron los bebés al nacer y las semanas que llevaban de
gestación, suponen pruebas que demuestran que podrían haber
sobrevivido si les hubiesen prestado auxilio.
El letrado que representa la acusación particular del caso
de los neonatos fallecidos en el hospital del INGESA en 2006
ha aportado al Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad
autónoma, que lleva la causa, un informe médico pericial de
una experta en Pediatría y Neonatología de Madrid que avala
el presunto delito de omisión de socorro imputado al equipo
médico de urgencias que participó en los hechos. Además, el
abogado ha reiterado la petición formulada desde el año
2007, sobre el informe del perito forense asignado por dicho
juzgado al caso.
Según las consideraciones médico-periciales de la experta,
existen dudas con respecto a la verdadera edad gestacional
de los niños. “Ésta se calcula a partir de la fecha de la
última regla, en este caso, el 17 de mayo de 2006 por lo que
llevaban entre 24 y 27 semanas de gestación y alrededor de
500 gramos de peso”, dicta el informe al que ha tenido
acceso EL PUEBLO. Al parecer, para determinar la viabilidad
de un recién nacido tiene mayor importancia la edad
gestacional que el peso al nacimiento debido a la madurez de
los órganos fetales y, por lo tanto, su capacidad de
supervivencia mientras que el peso depende de otro factores
que pueden determinar un crecimiento intrauterino retardado.
“Además, tener en cuenta que al ser un embarazo gemelar, los
pesos de los bebés son inferiores a los que tendrían si
fuera un embarazo con un único feto”, reza dicho documento.
Según los criterios adoptados por la Sociedad Española de
Neonatología, “es razonable adoptar una conducta activa con
todo recién nacido con vitalidad aceptable (que no precise
reanimación profunda), con un aspecto madurativo de 23
semanas o más, y un peso estimado superior a 500 gramos”.
Otro de los puntos debatidos en el informe pericial de la
experta hace referencia a la actuación, en los límites de la
viabilidad, en estado de emergencia. “En estos casos se
aplica un criterio estadístico teniendo en cuenta la
posibilidad de errores en la edad gestacional o sorpresas en
cuanto a viabilidad, en cuyo caso deberá aplicarse un
criterio individual y dar a ese recién nacido, en concreto,
la opción de ser tratado, según los protocolos de la
Asociación Española de Pediatría Neonatología número 7”. El
último párrafo del documento hace referencia a la toma de
decisiones y vuelve a las condiciones éticas de la
asociación anteriormente mencionada, que dicta que “los
médicos intenten no imponer, consciente o inconscientemente,
sus propias ideas culturales o religiosas y compartiendo la
decisión con los padres”. Hecho que, al parecer, no se
produjo en el caso de los neonatos fallecidos en el INGESA.
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El caso se complica tras imputar a los responsables del
Libro - Registro de Nacimientos la supuesta manipulación del
pesaje de los prematuros
El abogado de la acusación
particular en el caso de los neonatos fallecidos en el
hospital del INGESA solicitó al Juzgado de Instrucción
número 4 la imputación de los responsables de la guarda y
custodia del Libro Registro de Nacimientos ya que, a su
juicio, existen indicios de un presunto delito de falsedad
documental de un documento público y oficial. El letrado, en
primera instancia, pidió la revisión de dicho documento para
que, por parte del secretario judicial, se realizase la
diligencia que daba fe del contenido de las páginas de los
nacimientos de los años 2006 y 2007, para comprobar si en
todos y cada uno de ellos, se fija o no se fija, el añadido
que figura en los dos nacimientos controvertidos. Una vez
realizado lo anterior, el abogado quiso que se tomase
declaración, en calidad de imputados, a los responsables de
dicho hospital del tratamiento del libro de nacimientos por
la supuesta manipulación de los pesos de los prematuros.
Según el portavoz, todo esto se basa en el empeño de los
imputados de justificar que el peso de los niños estaba por
debajo de los 500 gramos aunque debido a las posibles
actuaciones, podría ser falso ya que en el libro aparecen
señalizadas las cifras de 520 gramos en el caso de la niña
(luego se señalaron a bolígrafo 475 gramos), y 550, el niño
(nuevamente marcados a mano 490 gramos). Y es que según los
protocolos de la Sociedad Española de Ginecología y
Obstetricia se recomienda que con 500 gramos o más al nacer,
se debe salvar a los bebés, incubarlos y cuidarlos.
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