Aferrándose a un auténtico milagro para lograr la salvación,
así afronta el Racing Portuense su partido de mañana ante la
AD Ceuta en el Alfonso Murube. Un equipo que ha pagado en
forma de crisis económica los excesos del pasado y atraviesa
un momento anímico complicado. Penúltimo con 29 puntos, a
siete puntos del play-off de descenso y a nueve de la
permanencia, cuando restan doce puntos en juego, los
gaditanos no arrojan la toalla y confían en hacer un buen
final de temporada para seguir peleando mientras queden
posibilidades para la salvación. El futuro de un club y el
de unos profesionales que no quieren venderse como jugadores
que han descendido. Mucho tiempo sin cobrar y necesitan
devolverle la estabilidad a la economía familiar.
A la difícil situación económica de la entidad se une la
deportiva, teniendo en cuenta que durante el pasado mercado
invernal se produjeron nueve bajas de jugadores, sin que
pudieran realizar contratación alguna, además del adiós del
técnico, Alberto Ferri, propiciando la llegada al banquillo
de Jordi Fabregat. Un hombre que apenas ha podido contar con
once jugadores profesionales, entre los que se hallan tres
ex jugadores de la AD Ceuta como Alberto Merino, Diego
Ramírez y Nacho Garrido. Además de los Manu Taranilla,
Sambruno, Iturralde, Uvi, Vázquez, Jhony, Sanlúcar y Rubén
Anuarbe; este último sancionado de cara a la visita a
tierras ceutíes. Por lo que se han prodigado en las
convocatorias los juveniles Rafi, Pantic, Alberto, Ismael y
Litri.
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