Con la idea de romper la rutina, el cuerpo técnico de la AD
Ceuta decidió trasladar a la plantilla al Tiro de Pichón,
donde los jugadores estuvieron aproximadamente una hora en
contacto con la naturaleza. Un emplazamiento distinto al
habitual desde el que la expedición regresó al Alfonso
Murube donde se llevó a cabo una suave sesión de
entrenamiento, en la que los jugadores primero se
ejercitaron por grupos y posteriormente fueron pasando por
el baño para, en algunos casos, también recibir su
correspondiente masaje.
De esa forma, tras el preceptivo calentamiento, los
futbolistas se fueron alternando en partidos de
fútbol-tenis, mientras Carlos Orúe daba explicaciones
tácticas y los porteros Javi Martínez y Terrén hacían un
trabajo específico con Juanma Alamillos y Dani Olsson. Quien
no se ejercitó con sus compañeros fue Lledó, que el pasado
jueves abandonó el entrenamiento tras recibir un fuerte
golpe en el cuádriceps al recibir un encontronazo fortuito
con Bernat, por el que tampoco se entrenó ayer. No obstante,
el guardameta coriano evoluciona favorablemente y está en
condiciones de vestirse de corto mañana contra el Rácing
Portuense. Sin embargo, si Lledó no está al cien por cien,
Javi Martínez tendrá la oportunidad de reaparecer en la
competición liguera.
En cuanto al resto del vestuario, Pepe Martínez, pese a
continuar con molestias en un pie por culpa de una herida
infectada en un dedo, podrá ser alineado contra los
gaditanos. Con lo que, a la espera del último entrenamiento,
que se celebrará hoy a las 10.15 en el Murube, las tres
bajas seguras frente al Portuense vuelven a ser las de los
lesionados Duque, Fran Amado y Txiki.
Después de haber logrado la primera victoria desde la
llegada de Orúe y haber roto así una racha de siete jornadas
sin ganar, en el vestuario blanco sólo se piensa en sumar
otro triunfo ante un rival que podría descender
matemáticamente en el Alfonso Murube. Fundamentalmente para
mejorar la mala ofrecida en las dos últimas comparecencias
como local ante Linense y Roquetas.
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