Estar presente en los tradicionales mercados de abastos,
lugares de referencia del comercio de cercanía hace pocos
años, parece no ser tan atrayente ahora como lo era
entonces. La muestra más clara de ello (crisis aparte) es
que la Consejería de Sanidad y Consumo contabiliza puestos
libres en cinco de los seis mercados de abastos de Ceuta.
Actualmente los mercados de la ciudad tienen capacidad para
albergar un total de 465 puestos de venta al público. De
ellos, 113 están actualmente cerrados, según datos aportados
por la Unidad Administrativa de Administración de Mercados,
dependiente de la Consejería de Sanidad y Consumo. Así, el
24,3 por ciento de los puntos de venta situados en estos
lugares del comercio tradicional se encuentran cerrados.
Las rejas bajadas sobre los puestos se percibe en mayor
número en el mercado central de abastos. Esta instalación,
capacitada para albergar 250 puntos de venta, cuenta
actualmente con 75 espacios vacíos o cerrados al público.
Cierto es que hay dos matizaciones que hacer a esta
realidad: una es que desde hace unos años, la Ciudad ha
establecido que no se otorguen más concesiones
administrativas para puestos en el mercado central; la otra
es que debido a que es la instalación más amplia en
superficie es más fácil de encontrarse con puntos de venta
cerrados.
Hecha esa precisión cabe señalar al mercado de Terrones como
aquel que está en una situación más difícil. Allí, el 25,3
por ciento de los puestos no tiene un propietario que ejerza
el comercio. Del total de 63 puntos de venta hay 16 que
están cerrados, según datos de Sanidad y Consumo. En una
situación parecida está el mercado de Real 90, donde se
contabilizan 10 vacantes de un total de 37 puestos. Así, el
27 por ciento de los establecimientos allí radicados está
cerrado.
Por debajo del 15 por ciento de cese de negocio están en los
mercados de San José- Hadú (13 por ciento) y O´Donnell (8,5
por ciento). Especialmente reseñable, en cuanto a lo
positivo, es el caso del mercado de Hadú que tiene un número
similar de puestos al de Terrones pero tienen muchos menos
puestos vacíos.
Mientras, el mercado de la barriada de Manzanera tiene un
pleno de puestos abiertos al público. Los once puntos de
venta están ocupados y funcionando actualmente, según los
datos aportados por la Unidad de Administración de Mercados
y a los que ha tenido acceso EL PUEBLO.
Veto sobre la implantación
El viceconsejero de Consumo, Manuel Carlos Blasco, explicó
que desde el año 2002 se había impuesto un veto a la entrada
de nuevos comerciantes en los puestos vacantes de los
mercados de San José- Hadú y central. La prohibición se
levantó hace tres meses, aunque sólo parcialmente puesto que
continúa afectando al mercado central de abastos. El sentido
de esta medida está en reducir el número de comerciantes
hasta una cantidad ideal de cara al traslado en un futuro a
otro mercado, según precisaron.
“La demanda de puestos para instalaciones como la de Real 90
es prácticamente nula”, apuntó Blasco. Mientras, en el caso
del mercado central, pese a sus precarias condiciones, sigue
teniendo demanda. No obstante los deseos de los comerciantes
chocan con la normativa impuesta desde la Ciudad Autónoma.
Uno de los grandes alicientes para ejercer la venta al
público de pescadería, frutería, carnicería, especias o
alimentación en general desde un mercado de abastos es que
no es preceptivo el pago de canon alguno. Más fácil. Es
totalmente gratuito tener un puesto en alguno de los seis
mercados que Ceuta tiene disperso por su territorio. Buena
cuenta de ello puede dar Jalal Imrane Boussal, para quien su
aventura empresarial estuvo a punto de acabar al no poder
costearse un local en la calle Real. “Ahora sigo en la calle
Real y con más espacio”, señaló. Ha sabido aprovechar el
ofrecimiento de la Ciudad. También hay puntos negativos, ya
que sólo puede vender de 8.00 a 15.00 horas, el tiempo que
abre el mercado.
Dos son las formas que hacen que se llegue al cierre de un
puesto de venta en uno de los seis mercados municipales. El
propio comerciante puede, a iniciativa propia, entregar las
llaves a la Consejería de Sanidad y Consumo. O por otra
parte, administrativamente la Ciudad puede decretar la
pérdida de la concesión administrativa del comerciante. “El
cierre injustificado durante un periodo de tres meses es
razón suficiente para el cierre ya que es una falta muy
grave”, razonó el viceconsejero de Consumo.
Las razones de los cierres
La crisis no es el principal problema de los comerciantes de
los mercados municipales. Al menos así lo estiman ellos
mismos. “El cierre de los puestos no es de ahora, se produjo
hace ya un par de años”, apuntó uno de los dependientes en
el mercado central. Una instalación que se ha visto
especialmente sacudida por el abandono de la actividad.
La falta de relevo generacional es también una de las
explicaciones. “Los hijos no quieren hacerse cargo del
negocio familiar y claro, hay que cerrar”, aseveró
Abdelmalik Mohamed, pescadero del mercado central.
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La necesidad de revitalizar el mercado central de abastos
Hace ya mucho que no se habla del
estado del mercado central de abastos pero la realidad es
que existe una necesidad de revitalizar esta instalación.
Así lo cree el presidente de la asociación de
concesionarios, Antonio Atencia: “El mercado está anticuado,
sin comodidades ni mayores prestaciones para el consumidor
como una zona de aparcamiento”. Esta es, para Atencia, una
de las razones del progresivo decaimiento de la actividad
comercial allí. El presidente de la asociación de
concesionarios confirma la postura oficial y es que la
prohibición de ocupar los puestos vacíos por comerciantes
externos al mercado tiene que ver y mucho con un futuro
traslado. Así se lo explicaron desde la propia consejería a
él y a los comerciantes. Atencia recordó también que el
abandono de los puestos “no es cosa de ahora”.
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