Una patrulla de la Guardia Civil encontró en la mañana de
ayer el cuerpo sin vida de un subsahariano de entre 20 y 25
años de edad. El individuo, que intentaba cruzar de
madrugada la valla fronteriza a la altura del poblado de
Beliones, consiguió pasar la primera línea, pero en la
segunda quedó enganchado con la concertina, que se
desprendió, arrastrando al inmigrante hacia abajo y
provocándole un doble impacto con la valla. Finalmente cayó
al suelo y murió. El juzgado número 1 de Ceuta procedió al
levantamiento del cadáver, con el fin de elaborar el informe
forense para determinar las causas del fallecimiento.
Ha vuelto a ocurrir. Habían pasado tres años completos desde
la última vez que una personas murió al intentar cruzar
hacia España por la frontera de Ceuta. Fue el 29 de
septiembre de 2005. Cinco subsaharianos fallecieron en un
intento masivo que concentró a entre 500 y 700 inmigrantes.
Fueron más de 200 los que consiguieron su propósito y
llegaron a la ciudad.
La Guardia Civil comunicó en la nota que envió a los medios
de comunicación ayer que no se percató del incidente hasta
que se toparon con el cuerpo del subsahariano, ya en el
suelo y tiempo después de que ocurriera el fatídico
desenlace. “El hallazgo del cadáver se ha producido cuando
una patrulla estaba comprobando el estado de la valla
perimetral, debido al fuerte viento de poniente que ha
seguido azotando a Ceuta por segunda noche consecutiva. Los
agentes han descubierto el cuerpo entre las dos vallas del
perímetro, en la zona más próxima al poblado marroquí de
Beliones”.
El suceso ocurrió en la falda de la barriada de Benzú. El
individuo intentó cruzar la valla desde el poblado de
Beliones, en un punto alejado al menos medio kilómetro de la
playa, perpendicular a un pequeño cementerio musulmán
situado a pocos metros del perímetro. Pasadas las 11.00
horas, los vecinos hacían valoraciones de lo ocurrido,
aunque la mayoría de ellos preferían callar. Otros,
desconocían el suceso, al haberles cogido en otra tarea. “Yo
he llegado del médico y me han dicho lo que había pasado”,
comentó un hombre. “Ha sido aquí, muy pronto”, indicaba una
señora señalando el cementerio musulmán. Otro hombre comentó
que alrededor de seis mehani (policía marroquí) se habían
dirigido al lugar sorprendidos por la iniciativa del
inmigrante, que se había escapado del grupo de 200
subsaharianos que habitan en Beliones habitualmente con el
propósito de escapar a España. Cerca del cafetín más cercano
a la frontera, un joven informaba del estado en el que había
quedado el cuerpo. “Mi hermana lo ha visto esta mañana, vive
ahí (señalando a la parte alta del barrio) y dice que se
veían las tripas, porque al caerse se había enganchado con
la valla y estaba destripado”. Otros se apresuraban a
asegurar que no habían visto nada.
Benzú pone punto y final al territorio español en la
frontera terrestre que separa a Ceuta de Beliones. Una valla
de más de tres metros de altura camina por la vereda
fronteriza durante 8,2 kilómetros. Solamente los cuerpos de
seguridad del Estado pueden transitar por la calzada que
acompaña a esta verja de metal hasta el Tarajal, una
carretera nacional desconocida para la mayoría de los
ceutíes, pero habitual para la Guardia Civil. Una fila de
piedras de medio metro impiden el paso desde Benzú a esta
carretera.
A mediodía, un vehículo de la Guardia Civil aún permanecía
allí, pero ni rastro de lo sucedido. El cadáver había sido
examinado con discreción por parte del juez, para ser
trasladado luego al anatómico forense y hacerle la autopsia.
Según el comunicado oficial, el hecho ocurrió a las 6.30
horas. “Tras la primera inspección ocular y tras el
visionado de las imágenes de las cámaras de seguridad se
deduce que el inmigrante logró saltar con facilidad la
primera de las vallas y consiguió llegar hasta la concertina
(espiral metálica situada en la parte alta de la valla),
donde quedó enganchado. Ésta se desprendió y golpeó al
fallecido al menos dos veces contra el vallado debido al
efecto péndulo, cayendo finalmente al suelo”. La torre de
vigilancia, situada a unos 100 metros del suceso, no se
percató del salto, tal y como informó la Guardia Civil, y
fue una patrulla quien vio el cadáver.
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