La Sociedad Estatal de Infraestructuras y Equipamientos
Penitenciarios (SIEP) califica en su informe la zona como
“degradada” y “carente de valores naturales” debido a los
vertederos incontrolados.
“Los principales impactos ambientales que se registran en la
zona están relacionados con la presencia de vertederos
incontrolados asociados al camino que baja desde la Torre de
Mendizábal a la Barriada Príncipe Alfonso”, señala el
informe, “en su mayoría se trata de puntos en los que se han
ido depositando basuras o restos de vehículos desguazados”.
En el entorno de las edificaciones existentes esta situación
se agrava, afirma SIEP, identificándose un punto en el que
se han venido depositando restos de vehículos desguazados y
otros enseres.
Esta situación, junto con la degradación de la vegetación
conlleva para la zona una percepción general de área
degradada carente de valores naturales.
Las características paisajísticas particulares del
emplazamiento elegido para el nuevo centro penitenciario
“están marcadas por la reducida cuenca visual desde la que
será visto”, señala el documento.
Asimismo, para la realización del proyecto se realizó una
consulta a la Consejería de Educación, Cultura y Mujer de la
Ciudad Autónoma de Ceuta, con el fin de conocer la presencia
de elementos patrimoniales localizados en la zona.
El elemento más significativo en el entorno del
emplazamiento es el fortín neomedieval de Mendizábal
declarada Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico
Español como monumento.
Si bien el nuevo centro penitenciario no afectará
directamente al fortín, parte de los terrenos en los que se
actuará se localizan en su ámbito de protección, “por lo que
será necesario obtener las directrices de edificación que
permitan compatibilizar la conservación del entorno del BIC
con el nuevo proyecto”, advierte el informe.
La construcción del centro penitenciario permitirá regenerar
la zona, asegura el proyecto, “integrando los terrenos a los
usos urbanos y controlando el desarrollo de otros usos que
se pretendan realizar en la zona”.
Así, “el cambio de usos que se propone para los terrenos no
supone una pérdida de valores naturales o productivos para
la zona”.
En cuanto a la obra civil, SIEP destaca que los movimientos
de tierra a realizar serán apreciables, ya que el desnivel a
salvar en el conjunto de la parcela es de unos 100 metros.
Con el fin de minimizar las necesidades de movimientos de
tierra, el proyecto optará por un diseño modular dispuesto
en terrazas que permitan una adaptación del centro
penitenciario a la topografía de la zona.
Por otro lado, se ha seleccionado una cota de urbanización
para la plataforma entorno a la cota de 100 metros, que
permite la compensación de volúmenes entre los desmontes y
los rellenos a realizar de tal manera que se minimizarán los
sobrantes de tierra y la necesidad de aportes.
Este diseño permitirá la utilización dentro de la zona de
actuación de la mayor parte de los materiales sobrantes, los
cuales podrán ser utilizados dentro de la propia obra.
La realización de aportes, se podrá acometer desde las
canteras de áridos situadas en las inmediaciones, en el
entorno del Fortín de Mendizábal.
Respecto al destino de los sobrantes, el informe señala que
serán trasladados al vertedero autorizado de inertes más
próximo, situado en el barranco de Piniés y gestionado por
la empresa Makerel Medioambiental S.L.
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