Debo comenzar, especialmente para
quienes no me conocen en este sentido, diciendo que, como a
cualquiera otra organización sindical o política, también, a
Comisiones Obreras la respeto, aunque ni he compartido sus
principios nunca, ni, mucho me temo, los voy a compartir en
el futuro.
Hacía tiempo que yo no escribía una sola línea sobre este
sindicato de clase, porque, en realidad, pocas cosas hay en
él que me llamen la atención, y he obviado estos días
pasados, intencionadamente, toda la problemática que vienen
manteniendo sobre el centro de menores y sus dirigentes.
Debería decir que es una “garantía” que haya alguien que se
preocupara por “asuntos” como el que han venido denunciando,
pero conociendo el percal de la ciudad y conociendo a las
personas que han estado en medio de toda esa diatriba, creo
que, por mucho que lo intenten, Luis Mari Fernández no debe
salir tan mal parado como desde el sindicato ese intentan
por la trifulca que tuvo Luis Mari con uno de los
“sindicalistas” de CCOO.
Y es que el asunto en el que se ha tratado de colocar a Luis
Mari Fernández como el malo de la película se puede ocultar
algo más a lo que CCOO, hasta ahora, no ha sido capaz de
meter mano, posiblemente porque ni tenía pruebas de nada, ni
tenía por donde entrar, y debido a eso han querido “hacer
ruido” donde no había nueces, han tratado de dejarse ver, en
unos momentos en los que, es posible, que hubiera asuntos
laborales, por ejemplo, que se les han escapado de las manos
sin ser capaces de hacer algo para dar una solución. La
cortina de humo ni siquiera les ha salido bien.
Y cuando “lo” de Luis Mari Fernández ha quedado atrás, con
el revuelo, con denuncias, pero sin más y sin lograr los
objetivos que pretendían, afortunadamente un hombre de bien
va a seguir en su puesto, digo que cuando eso ha pasado,
ahora se pone en el disparadero a la Policía Local a la que
el secretario de organización de CCOO increpó, llamándoles
“torturadores”, en el momento en el que los agentes trataban
de impedir que seis menores apedrearan el centro.
Poco debe tener que hacer, o poco debía de tener que hacer
el señor Moreda en esos momentos, para “meterse” en la
intervención de los agentes. Me supongo que esos agentes
estaban actuando en esos momentos porque no estaban, ni
están liberados, y tenían que ir a su trabajo, cosa que no
sé si el señor Moreda, con todo merecimiento, porque la ley
lo permite, estará.
Con esto se añade un capítulo más a las “relaciones” entre
Comisiones Obreras y los menores de Punta Blanca, de los que
tanto se preocupan, aunque no sé si se ocupan, en el
sindicato de clase de CCOO.
El secretario de organización sindical, por tanto, Ramón
Moreda, y me parece que perfectamente interpretado por la
Policía Local, ha sido denunciado en Comisaría “por increpar
y acusar de maltratadores y torturadores a los agentes”.
Si es un hecho evidente que los menores estaban apedreando
el centro, si es un hecho que se había llamado a la Policía
Local, si está claro que los policías trataban de impedir
ese “apedreamiento”, si los menores fueron entregados a sus
padres y denunciados por arrojar piedras a las
instalaciones. ¿Qué pretendía Moreda? ¿Quería ser el
salvador y aparecer allí como ... .? ¿Cómo qué?.
Ya es hora de terminar con la demagogia y en asuntos de este
tipo, progresistas de nuevo cuño derrochan mucha.
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