Eolo, Señor de los Vientos,
abandonó este fin de semana su residencia en la isla
flotante de Eolia, donde quedaron sus seis hijos y sus seis
hijas al cuidado de su anciana madre, Deyopea, que los
parió.
Eolo, Señor de los Vientos, ha decidido aprovecharse del
poder que le confirió Zeus para controlar los vientos que
tenía encadenados en su antro de Eolias que gobierna con
absoluto dominio.
Eolo, Señor de los Vientos, como responsable del control de
las tempestades ha hecho causa común con el Dios de los
cristianos y, por extensión, de los judíos desplazándose
hasta la península ibérica y liberando a algunos de sus
prisioneros para que recorrieran desbocados distintas zonas
de la piel de toro.
Eolo, encolerizado por recomendación de Jehová, ha indicado
a sus vientos servidores que soplaran con fuerza sobre
Barcelona, en respuesta a la soberbia de los miserables
seres humanos que han osado negar la existencia del Sumo
Hacedor mediante carteles publicitarios en autobuses.
Como siempre pasa en estos casos, cuatro niños inocentes
pagaron con sus vidas la cólera de Dios sin que hubieran
sido utilizados como escudos humanos ante la furia del
vendaval desbocado.
Así es, más o menos, como se escribía la Biblia en tiempos
remotos. Y como la escribo yo.
Bueno, éste fin de semana ha sido caótico. Empezó el
viernes, cuando se me ocurrió usar la moto para acudir a mi
cita con el Colegio de Periodistas de Catalunya. El viento,
que comenzaba a soplar con fuerza, me transformaba en una
especie de Messi motorizado. La de fintas, quiebros,
dribles, arranques veloces que tuve que dar para sortear al
esclavo de Eolo no tiene parangón a lo largo de mi vida.
Llegué a mi cita más blanco que el papel que utilizo
normalmente.
Al regreso parece que hubo una tregua, aparte de que el
viento soplaba detrás, y pude llegar sano y salvo a mi casa.
El sábado acudí por la mañana a la Casa de Ceuta, esta vez
en coche, para las reuniones que acostumbramos a realizar en
la que tratamos de diversos asuntos, el mío es la prensa, y
almorzar de manera exquisita y abundante.
Daba la casualidad que tenía que celebrar el cumpleaños de
mi única nieta, el resto son nietos y muchos, y precisamente
casi enfrente al local social de la Casa. Al salir de ésta
última en compañía de Rafa Corral, el presidente, y de Julio
Carmona, el secretario, pudimos ver los cuantiosos daños que
el Señor de los Vientos provocó en la ciudad, sobre todo en
los árboles, arrancándolos de cuajo como simples hierbas y
arrojándolos a bastante distancia.
Cientos de motos danzando como peonzas tumbadas, miles de
ramas bailando al son que le tocaba Bóreas, el dios de los
vientos del norte, mientras su hermano Noto se reservaba sus
fuerzas para el verano.
Ciudadanos que salían de sus casas para fotografiar el
desastre desatado, hasta con sus móviles lo hacían, y con
comentarios para todos los gustos en los que predominaba el
“nunca lo había visto”, todo esto como colofón de una
tremenda desgracia que mató a cuatro niños inocentes
deportistas de béisbol. Una docena de chavales, del Club de
Béisbol Santboià, de entre 9 y 11 años recibieron, junto con
otros seis más, de lleno sobre sus cabecitas el impacto de
la techumbre del pabellón deportivo. Aparte de estos niños
también murieron en Catalunya otras tres personas.
Sant Boi, antes San Baudilio de Llobregat, es la población
catalana meta de los primeros ceutíes que emigraron a
Catalunya. Población en la que siguen teniendo su residencia
cientos de ceutíes y sus familias creadas a lo largo de la
existencia de cada uno de ellos y que ahora miran
consternados el desastre que Eolo ha provocado.
Yoel, Xavi, Mario y Enric, los niños asesinados por los
vientos, han centrado todas las miradas y gran parte de las
lágrimas de los ciudadanos, que ven impotentes como Bóreas
destroza vidas de manera gratuita.
Árboles centenarios arrancados, uralitas de tejados, toldos,
palmeras, macetas, semáforos, vallas publicitarias (menos la
que niega la existencia de Dios), etc. Acabaron en las
calzadas destruyendo personas, coches y motos… y encima la
grúa se llevó mi coche.
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