En muchas ocasiones lo hemos dicho
en esta misma columna y lo que lamento es tener que repetir
que hace falta más control policial a la puerta o en las
inmediaciones de los centros de enseñanza, precisamente,
cuando ha habido un accidente.
Todos conocemos parte de la problemática que se da en Ceuta
y quien más, quien menos, ha visto y ve, a diario, que los
pasos de cebra son un adorno más que está ahí y, en pocas
ocasiones, sirve para cumplir su verdadero objetivo.
En circunstancias normales, salvo en alguna ocasión puntual,
no es mucho el personal que tiene que cruzarlo, sorteando
los coches que en nada respetan esa señalización.
En las horas punta, entradas y salidas de los colegios e
institutos, es otro cantar, y ahí, es cierto, en muchas
ocasiones hay un servicio de la policía local que, cuando
menos, marca las líneas a seguir por unos y otros.
Por desgracia, no siempre hay ese servicio en la mayor parte
de los centros, y en esos casos es cuando se producen los
problemas, pero suerte hemos tenido o estamos teniendo de
que no haya más accidentes cada día.
Donde no hubo tanta suerte fue en el paso de cebra que cruza
la calle frente a Otero. Ahí, a primeras horas de la mañana,
cuando era la hora de entrar a clase, una de tantas alumnas,
con sus libros en la mochila, posiblemente también su
bocadillo y la responsabilidad de seguir un día más las
clases, se encontró con algo que ella no esperaba, pero que
si no se ponen las medidas necesarias puede darse en más
ocasiones, un vehículo, repito, en el paso de cebra, la
atropelló.
Ahora mismo hay que dar gracias al cielo y a todos los
cielos de que sólo fue un golpe que le produjo ciertos
traumatismos, sin ser ninguno grave, pero eso no es lo que
hay que analizar, aquí y ahora, me parece a mí.
Eso hay que mirarlo desde la falta de respeto que hay en
esta ciudad, que es en la que estamos, por parte de ciertos
sectores, a las señales y normas de circulación, y eso hay
que mirarlo de frente y no echar la vista hacia otra parte,
para poder atajar esa falta de respeto a las normas y la
falta de control que hay, en muchísimas ocasiones.
La presencia policial, previsoramente y sin más, hace que
los comportamientos de todos sean distintos a la ausencia de
ningún agente en las inmediaciones.
La presencia policial, tocando otro tema, evita ciertas
visitas, nada edificantes, merodeando los centros. La
presencia policial da seguridad plena a todos los que vamos
a nuestras ocupaciones y no estamos dispuestos a ser
“atropellados” por los “desalmados” de turno.
He dicho aquí mismo, en muchas ocasiones, que en las
inmediaciones del IB “Siete Colinas” que es el que más
conozco, por razones obvias, al ser profesor de allí, hace
falta, permanentemente, una pareja de policías para
controlar, en parte el tráfico, muy rápido por la puerta del
instituto, y para controlar, también, otro tráfico, el de
ciertas visitas que nada bueno deben aportar a la educación
que allí se imparte.
Que una niña atropellada, en un paso de cebra, sirva para
poner orden a la desgana o descontrol, no es lo que más me
gustaría, pero si sirve para que eso se pueda evitar, para
el futuro, algo es.
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