Era una pena que un dinero que se podía destinar a la ayuda
para la creación de nuevos empresarios se perdiera. Estuvo a
punto de ocurrir pero finalmente la Cámara de Comercio y la
Ciudad encontraron una alternativa viable para acoger el
segundo vivero de empresas de esta primera entidad.
Después de casi dos años sondeando distintas localizaciones
que van desde Loma Margarita hasta García Aldave pasando por
el entorno del Tarajal ha sido finalmente este último el
emplazamiento elegido. Entre la aportación económica de la
Ciudad y la de los Fondos Europeos, administrados por la
Fundación Cameral INCYDE se han adquirido dos naves de la
empresa JOMASA en el polígono de la Chimenea.
Luis Moreno, presidente de la Cámara, explicó que el precio
pagado para la compra de los almacenes ha sido de 659.300
euros, una cantidad establecida por una tasadora
independiente. “Era uno de los requisitos”, señaló. El
propietario podía o no aceptar esa cantidad, y finalmente lo
hizo. Un precio que, según este, incluye el valor de la nave
más el coste de las obras de acondicionamiento de ese
espacio diáfano.
Según las previsiones de la Cámara de Comercio, y habida
cuenta de que las actuaciones allí están adelantadas, las
obras pueden acabar a finales de febrero. Será entonces,
cuando a inicios de marzo comience la actividad empresarial
del vivero en la nave del Tarajal.
“El objetivo de este proyecto es promover y facilitar los
medios a empresarios que quieran emprender un negocio
propio”, precisó Moreno. La nave contará con 16 oficinas
taller para actividades de poco volumen. Debido a la
participación de INCYDE, la Fundación del Consejo Superior
de Cámaras, dentro del vivero se ofrecerá la posibilidad de
acogerse a los programas de creación de empresas de esta
corporación. El INCYDE ofrecerá cursos de formación
profesional, se tutelará a los emprendedores durante dos
años y no se les cobrará nada más que los gastos de
mantenimiento tales como luz, agua, teléfono, etc.
Un largo recorrido
El salón de la Rotonda del Palacio Autonómico acogió el 23
de octubre de 2007 la firma a tres bandas de un acuerdo de
colaboración para la implantación de un nuevo vivero de
empresas en Ceuta. Guillermo Martínez, consejero de Economía
compareció representando a la Ciudad. Fue entonces cuando la
Cámara inició la búsqueda de una nave que cumpliera las
condiciones para acoger el vivero.
La primera opción fue un almacén situado en el entorno de la
Almadraba. Quedó descartada al no cumplir los requisitos
técnicos, según Moreno. Otra que sí lo reunía acabó por ser
un intento infructuoso. Esta nave era “ideal”, estaba
situada en Loma Margarita y todo se truncó cuando el
propietario decidió no vender a última hora. Hasta García
Aldave llegó la Cámara en la búsqueda de espacios. La
predisposición de los propietarios era total pero el terreno
no tenía la calificación urbanística adecuada y tardaría
tiempo en cambiarse. Otra de las opciones, la principal para
la Ciudad, era una parcela en Loma Margarita. Hasta el
último momento era el espacio asignado. No pudo ser debido a
que ese terreno estaba subvencionado al 60% por los FEDER,
algo que se sumaba a la misma aportación de los fondos
europeos para el vivero. Es entonces cuando surge la
posibilidad del Tarajal.
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