El músico valenciano autodidacta César Giner dio ayer una
clase magistral de bajo en el Salón de Actos del Palacio
Autonómico, a donde en esta ocasión llegó con su propio
cuarteto –a diferencia del año 2004, en que tocó bajo el
paraguas de Ximo Tebar. Con Giner se constató ayer que el
Festival Internacional de Jazz de Ceuta se orienta
definitivamente hacia los derroteros más mestizos del
género.
César Giner recaló en Ceuta cuatro años después de su
estreno en el festival caballa. Ayer, con sus propio
repertorio y su propio cuarteto al que dar nombre: el
pianista Pau Ortola, el saxofonista Juan Ull y el batería
Felip Santandreu.
Giner y su banda ofrecieron, al igual que había pasado en
las dos primeras jornadas del evento, un jazz libre de
ortodoxia, emotivo y con una base sobre la que improvisar
sonidos de uno y otro lado del Atlántico.
El concierto de César Giner Cuarteto resultó de todo menos
aburrido, gracias a los arreglos jazzísticos de géneros como
el funky, el rock, el soul o lo étnico.
De hecho, al igual que otros muchos grandes músicos, Giner,
uno de los bajistas de estudio y directo más demandados en
la industria, ha acabado en el jazz como última parada de un
viaje, última forma de expresión de su talento, pero
anteriormente había coqueteado con el funk, el flamenco, el
latin jazz, el blues, la música clásica e incluso el pop,
entre otros muchos estilos que ha estudiado a fondo el
bajista valenciano.
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