Definitivamente descartada cualquier posibilidad de
trasladar el Mercado Central de Abastos a la Manzana del
Revellín, que con toda probabilidad se llevará al espacio
Plaza Vieja-Patio Hachuel, la Ciudad mantiene sobre la mesa
su oferta de algo más de 12 millones de euros a la sociedad
del mismo nombre para adquirir el mismo espacio de uso
dotacional público que en su momento se pensó destinar a
acoger los puestos del Mercado.
Ayer el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, no quiso entrar
en elucubraciones sobre qué uso daría la Administración
autonómica a ese espacio hasta no tener una respuesta
definitiva de la sociedad privada al respecto y se limitó a
decir que en cualquier caso su propuesta sería
“eminentemente cultural”. “Si el Ayuntamiento tiene
capacidad para decidir sería un uso de ese tipo, pero no
puedo concretar más porque la primera condición a cumplir
sería la de alcanzar un acuerdo con la parte privada”,
apuntó el presidente a preguntas de los medios.
Más tarde, el consejero de Hacienda, Francisco Márquez,
ratificó que la Ciudad mantiene vigente su oferta “por la
misma cuantía y por el mismo espacio” que en su día se
planteó para el Mercado. “Nuestra oferta está sobre la mesa,
pero en cualquier caso esa propiedad es privada y podemos
comprender que la sociedad espere a la legalización
definitiva de la obra y a la evolución del proyecto para dar
una respuesta definitiva”, opinó el consejero, que en línea
con lo manifestado por Vivas reiteró que el uso que se daría
sería “de índole cultural”.
No fue más allá Márquez, pero Siza lo dijo todo paseando sin
reparos, dossier en la mano, muy cerca de los ojos de
cualquier curioso, con el proyecto que la Ciudad perfila
para ese espacio que aún desea adquirir: un Centro para la
conservación y difusión del patrimonio ceutí que, en
síntesis, según explicaron fuentes oficiales, pasa por la
habilitación de un centro cultural con una sala permanente
de exposiciones antiguas de Ceuta y otra en la que se puedan
mostrar los fondos propios de la Asamblea (Bertuchis...) que
no se exponen más que esporádicamente y que, en la
trastienda, daría cabida a un espacio para que los técnicos
correspondientes pudiesen trabajar en la rehabilitación y
conservación de elementos del patrimonio ceutí de naturaleza
histórica, pictórica, arqueológica y similares, así como el
despacho del Cronista Oficial o parte del Archivo Municipal.
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