Las mediadoras sociales, un proyecto pionero que se lleva a
cabo por parte de Mujeres Vecinales en Andalucía desde 1998
ha convertido en real el simbólico lema “No estás sola”,
dirigido a la mujer que ha sufrido malos tratos o violencia
de género.
Alicia Montero Camacho, presidenta de Mujeres Vecinales de
Andalucía y engranaje fundamental de este proyecto dio
cuenta ayer en el Congreso sobre Violencia de Género de la
FPAV de los buenos resultados conseguidos por las mediadoras
sociales.
Los objetivos iniciales de las mediadoras eran: concienciar
a la sociedad sobre la existencia de la violencia de género,
llenar el vacío existente en la atención a las mujeres
víctimas de este mal y acompañarlas en su soledad. “La
asistencia en aquella época era mínima. Gracias a este
proyecto logramos una implicación social muy importante que
redundó en beneficio de las mujeres víctimas y de la
comunidad en general”, apostilló.
El origen de la violencia de género se remonta a la
estructuración patriarcal de la sociedad. Un régimen donde
al hombre desarrollaba su vida tanto en el ámbito público
como en el privado, mientras que la mujer no salía de este
último. Ello posibilitó, según Camacho, la concepción de que
la mujer es una posesión del hombre. Auténtico germen de la
violencia machista.
Las mediadoras sociales han cumplido una función
importantísima al prestar atención, orientación,
acompañamiento, seguimiento y colaboración con las
autoridades. De entre todas estas cuestiones Camacho destacó
el acompañamiento: “Es muy importante que una mujer víctima
tenga a alguien a su lado que la apoye cuando vaya a
denunciar”.
Desde que se pusiera en marcha Mujeres Vecinales de
Andalucía ha formado a alrededor de 1.500 mediadoras y
mediadores en aquella comunidad y en Ceuta.
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