El general de Brigada Jorge Viñé Blanco pasará hoy a la
reserva después de cuatro años como general de Brigada y de
39 sirviendo militarmente a España. Aunque su paso por Ceuta
ha sido escaso, le ha tocado vivir el proceso de
reestructuración del Ejército de la mano del comandante
general. Sus funciones de acompañamiento e instrucción a la
tropa y su amor al deporte dejan una huella en la
Comandancia General, sobre todo para el primer jefe, con
quien compartió promoción siendo ambos cadetes hace 39 años.
Viñé pasará a la reserva, pero ocupará un cargo gracias a la
trayectoria profesional que acumula.
Dios eligió para la despedida de Viñé un escenario
romántico. Las nubes vetaron al sol y el viento removió
hasta el cansancio las ramas de la arboleda de García Aldave.
La lluvia, por contra, se contuvo misericordiosamente,
permisible con el general de brigada el día de su despedida,
el día que ponía fin a un proyecto que emprendió hace 40
años.
Como una pintura romántica, la emoción se contuvo entre los
protagonistas, los que iban vestidos con el uniforme
militar. La esposa de Viñé lloraba por él, porque ella,
después de compartir su trayectoria profesional también se
retiraba hacia la reserva, hacia una paz física que les
acompañará de por vida, a pesar de que al general, gracias a
su trayectoria profesional, le darán otro cargo en la
reserva, pero seguro que aislado de la convulsión que genera
el trabajo en tan altas instancias de la pirámide de la
responsabilidad.
A su despedida acudieron compañías de todos los colores: el
rojo del Ramix-30; el azul celeste de Caballería; el verde
legionario de la Legión, el morado de la logística y el
templado beis de la banda de música del Cuartel General.
El discurso que pronunció Viñé Blanco fue generoso y destapó
el calor de la docencia. Se dirigió a sus alumnos, los
soldados, animándoles a sentir su profesión, siempre
dirigida al servicio de la patria. “Ser soldado es tener
hambre y no comer, tener sed y no beber, no poder con la
fatiga y llevar a cuestas al compañero caído”, expresó el
general de Brigada, curtido durante su etapa como formador
de oficiales en la Academia de Infantería de Toledo, su cuna
y su madurez.
Deportista de elite, siempre ha demostrado su sacrificio
hacia la actividad física y Ceuta no ha sido menos. Capaz de
nadar por ocio durante una hora, este hombre ha pasado sus
últimos siete meses de vida militar en activo en Ceuta, una
tierra eminentemente militar y de alborozo para quien siente
la patria.
Dos oficiales que preparan durante dos meses una prueba de
100 metros se encuentran el día de la competición exhaustos.
Uno dice repetidamente que no puede más, piensa en
abandonar, mientras el otro le anima a continuar. Cuando el
primero ya iba a desistir en el último control, a 30
kilometros de la meta y sin que la familia pueda servirle
mentalmente de aliento, unos emigrantes españoles se le
cruzan en el camino y pronuncian la palabra España. El
cansancio desaparece y llegan a meta. Esta pequeña historia
le sirve a Viñé para poner punto y final con una parábola
romántica.
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El comandante general resalta el ejemplo que ha ofrecido
Viñé en su relación con las unidades
El comandante general, Enrique
Vidal de Loño, hizo un repaso de la antología del general de
brigada Jorge Viñé Blanco. Cuando fue presentado en el salón
principal del Cuartel General, Vidal destacó la “afabilidad,
el espíritu de servicio y la competencia profesional” de su
nuevo compañero en la jefatura. Tras siete meses en el
servicio “podéis comprobar que mis palabras no eran vacuas.
En este corto periodo de tiempo habéis tenido la ocasión de
apreciar sus cualidades”, dijo el comandante general.
Compañeros de la 28 promoción, para Vidal de Loño supone
también “un orgullo para ver cómo has cumplido con tu deber
y ver cómo has llegado a esta trascendente meta, una de las
más importantes de las muchas que has cruzado a lo largo de
tu vida”. Como no podía ser de otro modo, Vidal recordó la
relación que siempre ha mantenido el general de brigada con
el deporte: “En todos sus destinos ha mantenido una
destacada y permanente vinculación con el deporte y con su
aplicación militar”. Por último le deseó que “desde algún
punto en la reserva, puedas seguir aportando a las Fuerzas
Armadas y a España tu valiosa experiencia”.
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