Hace apenas dos semanas que comenzó el curso para la
Secundaria en Ceuta. Es desde entonces que se viene
impartiendo Educación para la Ciudadanía (EpC) en segundo de
la ESO.
Esta materia, a tenor de las impresiones recogidas por EL
PUEBLO entre el profesorado, ha perdido en Ceuta su halo de
polémica y controversia. No hay casos conocidos de objeción
de conciencia y todos los centros, con mayor o menor agrado,
imparten en sus aulas la asignatura.
Aún resuena en algunas comunidades la polémica generada por
la incorporación de Educación para la Ciudadanía al
currículum escolar en los centros españoles. Comunidades
como la valenciana y la madrileña intentan avivar el fuego
de una cuestión que parece aceptada ya por todos. Ceuta y
Melilla, únicos ámbitos de gestión del Ministerio de
Educación han incorporado este año la asignatura a sus
aulas, justo un año después que la mayoría de comunidades.
Esta es quizás una de las causas que ha motivado que el halo
de polémica y controversia de Educación para la Ciudadanía
haya perdido toda su fuerza aquí.
Así, desde el pasado lunes 15 de septiembre, fecha de inicio
del curso escolar, tanto Educación para la Ciudadanía como
Educación Ético Cívica se vienen impartiendo “con
normalidad” a los alumnos de segundo y cuarto de ESO de los
institutos y centros concertados con aulas de Secundaria en
Ceuta.
“Los niños están al margen de todo. Son los padres o los
medios los que crean la polémica. Hablar de EpC para los
niños es como decirles que van dar Arameo. No les suena de
nada”, explicó Néstor Cortijo, director del Departamento de
Filosofía del Siete Colinas.
Otra de las claves para que EpC esté cayendo bien entre el
alumnado es el parecido que, según algunos profesores, tiene
con la asignatura de Ciencias Sociales.
La opinión del profesorado
La asignatura “apunta a positiva”, según Carlos Torregrosa,
profesor de Filosofía del Siete Colinas, ya que la
pretensión de la misma es educar en valores como el respeto,
la tolerancia y la cultura democrática. “Lo que realmente
pretendemos es generar debate y fomentar el trabajo y la
actitud crítica del alumno”, explicó Inmaculada Brieba,
profesora de la asignatura en el instituto Clara Campoamor.
Estos días son muchos los profesores que reniegan de la
controversia que rodea a la asignatura y a la que dan pábulo
los medios de comunicación. “No entiendo donde está la
polémica”, espetó Pilar Caracena, del Beatriz de Silva.
Según esta no hay ningún contenido en EpC que pueda herir
sensibilidades.
Los profesores son quizá quienes más conocen esta materia ya
que empezaron a interesarse por ella desde el curso pasado.
Las editoriales les han enviado ejemplares de los libros y
además han tenido la oportunidad de asistir a cursos de
formación en el CPR.
Uno de los matices distintivos de Educación para la
Ciudadanía es, según Cortijo, la posibilidad de evaluar al
alumno por su comportamiento en clase. “Si es una materia en
la que se habla sobre la conducta se va a mirar también el
comportamiento del alumno en clase. Eso no pasaría en
Matemáticas o Historia”, recalcó.
Ceuta, ciudad de las cuatro culturas y puesta como ejemplo
de convivencia y tolerancia es para Torregrosa “un sitio
privilegiado para la puesta en marcha de una asignatura como
esta”.
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Una asignatura con una “ideología en la base”
La tónica general entre el
profesorado responsable de la asignatura en los centros es
la de tildar de “blanca o neutra” a Educación para la
Ciudadanía (EpC). Una neutralidad con matices. Desde el
instituto Siete Colinas, Néstor Cortijo, jefe del
Departamento de Filosofía encuentra una “ideología en la
base, la del Partido Socialista”. Este experimentado maestro
ha encontrado “ejemplos significativos” en los contenidos de
Educación Ético Cívica. Según este, en la parte referida a
los totalitarismos se cargan las tintas contra el nazismo y
se cita a la otra parte como bolchevismo, “obviando
intencionadamente mencionar el comunismo” del que proceden
los partidos de izquierda como el PSOE. “Los libros de texto
están muy bien aunque esa ideología se ve clarísimamente. No
digo que sea ni buena ni mala, pero puede haber quien no
quiera que esté presente”, añadió.
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