A veces se gana y a veces se pierde, pero en el fútbol, al
igual que en otras facetas de la vida, hay que arriegar si
se quiere obtener algo positivo. Y eso es lo que hizo
Benigno Sánchez en la segunda mitad del encuentro disputado
ayer sobre el incómodo césped de la Ciudad Deportiva de
Lucena cuando, viendo que los suyos se iban con las manos
vacías, el técnico murciano echó toda la carne al asador
para rescartar un punto que sirve para lavar la imagen. Una
imagen que en la primera mitad recordó al equipo indolente
que cayera ante el Puertollano siete días antes. Respecto a
aquel equipo el preparador lorquino introdujo la novedad de
Sergio Castaño por Aníbal y de Javi Navarro por David Fas,
manteniendo el dibujo. Mientras ´Nene´ Montero fue fiel a la
receta que le sirvió para ganar a Melilla y Linares.
Dos planteamientos lógicos que convirtieron los primeros
compases en minutos de tanteo, con ambos conjuntos
intentando ganar la espalda de la defensa contraria, para
caer repetidamente en el fuera de juego. Así se superaron
los diez primeros minutos sin que ninguno de los dos mirara
la puerta contraria. Eso hasta que Alberto botó una falta
para los ceutíes que se marchó directamente fuera. Una
ocasión que no inquietó, pero que sirvió para que los
ceutíes se hicieran aparentemente con la manija del partido
en la persona de De Lerma quien se hizo con los galones. De
esa forma el extremeño se sacó un disparo que atajó en dos
tiempos Toni García.
Pero el Lucena no estaba dispuesto a dejarse amilanar y por
ello intentaba sacudirse la presión buscando a los Cabello,
Pineda y Velasco para que aprovecharan los espacios. Así se
adelantarían los lucentinos cuando el propio Velasco se
internó en la zaga caballa, ganó la línea de fondo y puso un
pase de la muerte a Sarmiento para, llegando desde atrás,
rematar a placer ante la inoperancia defensiva.
Viéndose por debajo en el marcador, y ante el fuerte
aguacero, los blancos intentaban reaccionar sin éxito. Ya
que las dimensiones del terreno de juego y que este fuera de
hierba artificial, propiciaron que las ocasiones seguían
cayendo del lado de los locales, como con el disparo seco
que se sacó Pineda y detuvo Javi Martínez. Mientras los
ceutíes, espoleados por la tormenta, se fueron por el empate
sin demasiada convicción, como con el disparo de Álvaro
desde la frontal que se marchó directamente fuera.
Ya en la recta final del primer periodo los ceutíes lo
volvieron a intentar por mediación de De Lerma, quien puso
un servicio a la cabeza de Fran Amado; pero el algecireño
estaba en fuera de juego. Aunque mucho más clara fue la que
en el último minuto creó David Cabello quien, entrado por la
derecha, colgó un balón que a punto estuvo de introducir
Sergio Castaño en su propia portería.
La segunda mitad empezó con un Ceuta voluntarioso que
insistía en colgar balones sobre la meta aracelitana. Pero
ni ese es el estilo de los ceutíes, ni el rival facilitaba
la labor. Las ocasiones no llegaban y, por tanto, Benigno
Sánchez optó por mover el banquillo cuando faltaba media
hora para el final, dando entrada a Carlos Valverde y Elvis,
en lugar de Sandro y Pepe Martínez. Una apuesta ofensiva que
significaba pasar a jugar con una línea de tres defensas, al
retrasar Alberto su posición hasta el centro de la zaga, y
posicionarse los Javi Navarro, Fran Amado y Elvis en la zona
de ataque. Una decisión que dio más profundidad a los
ceutíes quienes, de forma reiterativa, eran parados en falta
una y otra vez por los celestes. Faltas en las
inmedicaciones del área que, eso sí, fueron muy protestadas
por el respetable.
Precisamente en una de estas infracciones, provocadas al
borde del área, llegó el empate gracias a Alberto. Un tanto
que sirvió para establecer la igualada y enfurecer al
público, que espoleó a los suyos para que se fueran a por el
triunfo.
Viendo el panorama, y que el punto podía peligrar, Benigno
Sánchez recompuso la línea de cuatro, retirando a un
desapercibido Fran Amado y dando entrada a Aníbal en el
lateral derecho. Cambio de fichas imitado por Nene Montero,
pero a la inversa, quien dio entrada al brasileño Anderson
Costa por uno de sus centrales.
Un panorama ante el que todavía pudo llegar algún gol más,
al estar completamente roto el encuentro. En esas, y en una
acción nacida desde la derecha, Aníbal sacó ´in extremis´ un
balón que buscaba a Cabello en el segundo palo, que esperaba
completamente solo en el segundo palo para fusilar a Javi
Martínez. Un Cabello que tuvo la victoria en su cabeza
cuando, en tiempo añadido, remató un envío desde la
izquierda sin oposición alguna. Pero la última sería para el
Ceuta procedente de las botas de un Javi Navarro que, desde
la frontal, mandó a las nubes un pase de Elvis. Justo antes
de que el colegiado señalara el final de un encuentro en el
que los ceutíes lavaron su imagen.
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