Cómo va a cambiar nuestra relación con los medicamentos la
entrada en funcionamiento del Sistema de Receta Electrónica?
Por Receta Electrónica entendemos la automatización de los
procesos de prescripción, control y dispensación de
medicamentos (Ciclo Clínico) más todo el proceso
administrativo para la facturación a los Servicios de Salud
de las recetas dispensadas (Ciclo Administrativo), haciendo
uso de las nuevas tecnologías de la información y de las
telecomunicaciones.
En la consulta
Cuando se ponga en marcha el Sistema de Receta Electrónica
el médico prescriba los medicamentos a un enfermo en el
centro de salud, tecleándolos en el ordenador e
introduciendo la prescripción en la base de datos. Acto
seguido, el doctor pasará la tarjeta sanitaria (digital) del
paciente por un lector e imprimirá una hoja de papel con un
código de barras (para su lectura en la farmacia) con el
listado de medicamentos a entregar. Ese será el único rastro
de papel que quedará en el nuevo esquema cuando se implante
totalmente la receta médica digital. Su conservación tiene,
según los especialistas, bastante sentido: junto a la
agilización de la entrega de medicamentos, otro objetivo de
la receta electrónica es evitar el fraude farmacéutico en la
salud pública. Los errores con la medicación son uno de los
grandes quebraderos de cabeza de las organizaciones
sanitarias. No obstante, gran parte de ellos podrían
evitarse, según los especialistas, prestando más atención a
la tarea y aplicando tecnologías que han mostrado su
eficacia, como la receta electrónica. De acuerdo con los
cálculos de las organizaciones de médicos con este sistema
se reduciría a la mitad el número de fallos de este tipo. En
el centro de salud se informará de cuáles son las farmacias
donde se podrán recoger los medicamentos de acuerdo con la
implantación del nuevo sistema.
En la farmacia
Para poder recoger los medicamentos los pacientes tendrán
que llevar su tarjeta sanitaria y la Hoja de medicación
activa que le habrán dado en el centro de salud. El
farmacéutico podrá consultar a través del programa
informático correspondiente las recetas electrónicas que le
han recetado en la consulta y darte los medicamentos con
toda seguridad y confidencialidad.
La Administración prevé que el tiempo de registro y gestión
de las recetas se reducirá enormemente: actualmente las
recetas de los servicios públicos de salud contienen un
código de barras para verificar su autenticidad. Pasarlas
una a una por el lector es un trabajo extra, y obligatorio,
que se añade a la búsqueda del medicamento y su entrega al
cliente. La consecuencia de un protocolo tan largo es la
acumulación de personas en el reducido espacio de la
farmacia, con la incomodidad que esto conlleva.
Con el nuevo Sistema, se pasará la hoja por el lector de
códigos y después la tarjeta sanitaria permitirá la
comprobación de los datos del paciente. Sin más, éste
recibirá sus medicamentos y podrá marcharse.
Además, con la nueva receta los pacientes se olvidan de
tener que acudir al centro de salud cada vez que se les
acaba su medicación: en una única acta, el facultativo les
prescribirá el tratamiento completo para hasta un año.
Cuando acudan a la farmacia, el farmacéutico accede al mismo
a través de la tarjeta sanitaria, e incluso podrá mantener
un control de los fármacos que el enfermo acumula en su casa
o alertar al doctor de cualquier efecto adverso que detecte
en el paciente.
Menos fraude
En la base, que contará con una entrada personal para cada
paciente, se detallará el historial clínico del mismo, las
distintas líneas de medicación que ha seguido y los
medicamentos que le han sido prescritos en el momento de la
consulta. Por su parte el paciente poseerá la tarjeta
sanitaria, que le identificará como usuario y permitirá
tanto al farmacéutico como al médico acceder a su historial
clínico y farmacológico.
Con el nuevo sistema se podrá ejercer un mayor control sobre
las irregularidades en el consumo de medicamentos por parte
un enfermo, además de evitar el fraude mediante
falsificación de recetas, ya que el código de la tarjeta y
el de la hoja impresa por el médico deberán coincidir. La
hoja impresa también sirve de comprobante de entrega para
que el farmacéutico pueda cobrar al servicio de salud los
medicamentos.
Un aspecto de la nueva receta que puede generar cierta
polémica es el de la sustitución de fármacos. La legislación
establece que en determinadas circunstancias las farmacias
pueden sustituir el medicamento prescrito por el médico por
otro con la misma función y efectos; por ejemplo en el caso
de que la farmacia no disponga de la marca especificada en
la receta.
La farmacia estaría obligada por ley a esa sustitución en
algunos casos, como cuando el medicamento prescrito tenga un
precio superior al de referencia y exista un genérico de
sustitución.
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Un proyecto avalado por el programa ‘Sanidad en Línea’
El Sistema de Receta Electrónica,
de cuya puesta en marcha fueron pioneras Cataluña y
Andalucía hace seis años, está avalado ahora por el plan
‘Sanidad en Línea’ del Ministerio de Sanidad que el Pleno
del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS)
aprobó crear en julio del año pasado con un conjunto de
medidas de apoyo a las iniciativas para mejorar el acceso y
uso por parte de los ciudadanos de los servicios sanitarios,
a través de la implantación de las tecnologías de la
información y las comunicaciones. A su vez, ‘Sanidad en
línea’ forma parte del Plan Avanza del Gobierno de España,
cuyo propósito es generalizar el uso de las tecnologías en
la sociedad. Esto se persigue a través de la colaboración
con las Comunidades Autónomas en las estrategias que están
desarrollando en su ámbito desde hace algunos años en
aspectos que se consideran fundamentales para mejorar la
cohesión en el SNS y la calidad de los servicios que
prestan. El proyecto de ‘Sanidad en línea’ contaba con tres
pilares: la Historia Clínica Digital, la receta electrónica
y la Tarjeta Sanitaria Individual. El Estado aportó a este
proyecto un total de 141 millones de euros, a los que las
Autonomías sumaron otros 111. En el proyecto interviene
también el Ministerio de Industria. Su propósito último es
que progresivamente se vayan introduciendo los historiales
médicos de los ciudadanos residentes en cada comunidad en
una base de datos a la que tanto los médicos como los
farmacéuticos tengan acceso y que detallará el historial
clínico del mismo, las distintas líneas de medicación que ha
seguido y los medicamentos que se le han prescrito.
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