El agente de la Policía Local que en la noche del jueves
resultó lesionado con heridas de gravedad se lamentó ayer de
que su supuesto agresor “se haga ahora la víctima”. “Me ha
roto la cara”, afirmó el policía, quien ha sido intervenido
quirúrgicamente de una fractura superior e inferior del
tabique nasal, que ha resultado desplazado, además de dos
cortes en el rostro que supuestamente el agresor le hizo con
varios anillos que llevaba.
De la reyerta sucedida en la noche del jueves puede haber
tantas versiones como bocas suelten palabras, pero los
hechos son que en el hospital entró un agente de la Policía
Local con la cara destrozada y un padre y un hijo que fueron
dados de alta tras ser atendidos por supuestas agresiones.
El peor parado de la reyerta, un agente que acudió a poner
paz en la barriada ‘Pedro Lamata’, se lamentaba ayer –con
palabras de indignación entrecortadas por los problemas que
le provocan las lesiones al respirar–, de que el supuesto
autor y su familia se hagan ahora las víctimas.
El relato del agente lesionado se inicia sobre las once y
media de la noche del jueves, cuando acudió en un vehículo
‘Z’ para dar cobertura a otros dos compañeros en la
mediación de una reyerta entre dos familias, que, según
explicó, ya habían repetido la misma situación de
enfrentamiento las dos noches anteriores.
“Cuando llegamos había mucha gente en la zona, que estaba
tensa, y nos abuchearon”, se lamentó el policía local, quien
recuerda que acudieron para realizar un servicio de auxilio
a la ciudadanía y fueron recibidos hostilmente. “Abrimos un
cerco policial para que nuestros compañeros pudieran
realizar las diligencias”, explicó, “pero había una señora
de unos 45 años, la mujer de la persona que luego me
agredería, quien estaba muy alterada diciendo que nosotros
estábamos a favor de la otra parte”.
A este respecto, el agente de la autoridad aseguró que “en
ningún momento tomamos parte, somos profesionales, pero como
la mujer no paraba de incitar a la gente decidí tomar cartas
en el asunto”.
Así, según señaló el agente, cogió a la señora y al marido y
les avisó de que tenían que abandonar el lugar o si no
serían detenidos por alteración del orden.
Posteriormente entró en la algaravía el hijo de la pareja,
que según describe el agredido era un chico corpulento,
entre 1,85 y 1,90 metros, “quien se salió del cordón
policial, por lo que le intercepté”. El chico intentó
progresar y el agente, quien desconocía que fuese el hijo de
la pareja, reconoció que le dio varios empujones, uno de
ellos por su envergadura “muy fuerte”, momento en el que
“noté un crock”. Ese fue el instante en el que el padre
supuestamente le asestó un fuerte puñetazo en el rostro
viniendo por detrás. “Forcejeamos hasta que llegaron mis
compañeros, pero yo estaba en una nube”, afirmó el policía
local.
La versión del agente ha sido corroborada a este periódico
por una fuente neutral que presenció la sucesión de hechos
en el lugar, quien afirma que posteriormente el autor del
puñetazo fue reducido “muy violentamente” por tres agentes
de la Policía Local [los funcionarios aseguran que se
emplearon con la contundencia debida dado el caso y la
dureza del detenido], de este lance parecen provenir las
lesiones que padece el autor de la agresión (que no requirió
mayor tratamiento según el parte facultativo anexado a la
diligencia).
El agente fue entonces trasladado al hospital con la cara
ensangrentada y mareado. Allí quedó ingresado a la espera de
poder ser operado, ya que había que esperar a que bajase la
inflamación para poder ser intervenido quirúrgicamente, lo
que se hizo el viernes.
El policía fue operado para reconstruirle el tabique nasal y
se le suturaron dos brechas que también tenía el rostro por
el corte producido por los anillos (sellos) que llevaba el
presunto agresor.
Ayer, el agente, que pidió poder abandonar el hospital para
recuperarse en casa, afirmaba que de lo sucedido le “duelen
personalmente muchas cosas” y no olvida la gran parte de
culpa, que a su juicio, tiene la mujer, mientras que señala
que la otra parte implicada en la reyerta “no nos faltó ni
nos complicó el trabajo”.
“Me indigna la actitud de esta señora”, quien, según dice el
funcionario, “es trabajadora de la Ciudad”. “El padre
pensaría a lo mejor que había agredido a su hijo, pero no
fue así, porque nosotros portamos siempre la defensa y no la
utilicé, simplemente le empujé para que volviese detrás del
cordón policial que se estableció por seguridad”.
Los facultativos han estimado que el agente necesitará cerca
de un mes para recuperarse de las lesiones, que además “me
provocan fuertes dolores de cabeza”.
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El detenido presentó contusión en rodilla y pierna con
pronóstico leve
En las diligencias policiales
seguidas en la actuación de la Policía Local que ha valorado
la titular del juzgado número 5 de los de la ciudad,
Patricia María Rubio Sánchez, de guardia en la jornada de
ayer, se incorpora un parte facultativo elaborado por los
galenos del ambulatorio José Lafont en los que quedaron
valoradas las circunstancias físicas del detenido, Francisco
Carrillo Martín. En concreto se le valora con “pronóstico
leve salvo complicaciones” la contusión y erosión “en area
frontal de la rodilla y pierna derecha”. Una vez controlado
su estado tras la detención y valorado por los médicos, se
presentó al individuo en la Comisaría para la realización de
la correspondiente denuncia. Allí, el detenido, dijo
sentirse mareado, por lo que fue trasladado al hospital
civil donde tras la segunda revisión y exploración, esta vez
en el clínico ceutí, fue dado de alta.
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