La desaceleración económica que
sufre España y buena parte del resto del mundo ha empezado a
cobrarse sus primeras víctimas, como siempre, por el eslabón
más débil de la cadena. A nivel nacional los especialistas
aseguran que son los parados del sector de la Construcción,
generalmente inmigrantes, casados, con hijos y una vivienda
hipotecada o en alquiler los que peor lo están pasando y lo
van a pasar durante los próximos meses.
En Ceuta el perfil de los más necesitados es ligeramente
distinto. Según Cáritas Diocesana el retrato robot de las
personas que reclaman su ayuda en Ceuta es el de una mujer
de confesión musulmana, generalmente separada o divorciada,
con cuatro o cinco hijos.
Son muchos, aproximadamente unas 500 familias, las que
visitan asiduamente a las distintas delegaciones de esta
entidad religiosa para reclamar su ayuda, en ocasiones
dolorosamente exigua.
Es por ello que la Ciudad Autónoma y, sobre todo, la
Delegación del Gobierno, deben comprometerse con el
mantenimiento de esa red de seguridad social que evita el
golpe más duro a quienes se encuentran en las situaciones
económicas más penosas.
Es muy importante la decisión del presidente de la Ciudad,
Juan Vivas, trasladada ya a los órganos competentes en la
gestión de dónde se gasta el dinero delos ceutíes, de que no
puede haber merma alguna, pese al temporal económico que se
nos viene encima, en lo que a los servicios sociales de
atención al ciudadano se refiere. Se recortará de
espectáculos y otros dispendios, pero no del elemento
principal de nuestro Estado del Bienestar.
Sobre ese firme pilar la Consejería de Servicios Sociales,
Cáritas, Al Bujari y el resto de entidades dedicadas a hacer
este fundamental trabajo de atención tienen que ser capaces
de crear cauces de entendimiento y colaboración para que su
trabajo sea aún más fructífero.
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