Nuevamente, una noche más (como si fueran pocas) el Pabellón
de la ciudad autónoma de Ceuta, en pleno centro del Real,
rodeado por sabores y olores propios de esta fiesta, se
llenó hasta la bandera para ver las actuaciones que en esta
ocasión habían preparado los de la asoción de los amigos del
flamenco de Ceuta.
Flamenco (y del bueno). Copla (y bien cantada) y por
supuesto notas de guitarras y arpegios que nos llevaron de
nuevo a los pies de los artistas locales, verdaderos
artífices de que esta fiera, que llamamos feria, funcione a
base de todo tipo de música.
La noche del sabado, la última de la feria , la que cerraba
una semana de alegría y regocijo en honor de nuestra
patrona, se hizo mas andaluza desde el primer compás que
emprendieron estos enamorados del flamenco con cuya labor se
identifican los mejores valores de una especialidad que vive
de la tradición.
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