La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) define el primer
mes del verano en Ceuta como “muy cálido” al encontrarse las
temperaturas registradas entre el 20 por ciento de los años
más calurosos de los que se han obtenido datos. El mes de
junio del año pasado fue “normal” al rondar los valores la
media del periodo registrado por la Agencia. Las horas de
insolación acumuladas durante el mes de junio rondaron algo
por encima del número que normalmente hay en estas fechas
del año.
Pese a ser definido este principio del verano por el antiguo
Instituto de Meteorología como un periodo más caluroso de lo
habitual, Ceuta no ha sobrepasado el umbral de temperaturas
fijadas en 33 grados centígrados de máxima y 22 de mínima
para el inicio de una alerta amarilla por exceso de calor.
Se deben sobrepasar ambos umbrales para que se determine el
cambio de color en la alerta.
Si no se superar los umbrales se mantiene la alerta verde,
cuando son superados durante dos días se pasa a amarilla, de
tres a cuatro se alcanza el nivel naranja y a partir de los
cinco se decreta la alerta roja y se adoptan medidas de
intervención.
Acciones en el trabajo
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)
define una srie de lugares donde las condiciones de calor y
humedad elevados pueden derivar al estrés térmico y cuyas
condiciones se agravan en el periodo estival: panaderías,
lavanderías, hornos, cocinas o fábricas de cemento son
algunos de los lugares donde se debe atender particularmente
a las altas temperaturas. El estrés térmico también puede
ser particularmente peligroso en trabajos al aire libre que
además requieran de un esfuerzo físico considerable por
parte de los trabajadores como puede ser la construcción,
los servicios de limpieza o en la agricultura.
El instituto también realiza una serie de recomendaciones a
los empresarios y trabajadores de profesiones de riesgo: lo
primero es la información, los trabajadores deben saber
reconocer cuales son los primeros síntomas de las
enfermedades relacionadas con el calor y poder aplicar los
primeros auxilios que requieren estos males; los empresarios
deben permitir que los ritmos de trabajo se adapten a la
tolerancia del calor; tener la posibilidad de disponer de
lugares a la sombra donde se pueda descansar y permitir que
se efectúen esos descansos sobre todo cuando aparezcan los
primeros síntomas; modificar los procesos de trabajo que
requieren esfuerzo físico y produzcan sudoración e intentar
proporcionar ayuda mecánica para esas tareas; reducir la
temperatura en los interiores mediante ventilación natural y
artificial; organizar el trabajo de tal manera en el que se
reduzcan los tiempos y la intensidad de la exposición o
permitir que las pausas sean administradas por los propios
trabajadores; y garantizar la vigilancia específica a
personas que tengan problemas de salud.
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