Si hay momentos en la vida que te hacen sentírte orgulloso
de lo que eres o de donde eres, uno de esos momentos lo
pudimos vivir ayer gracias a la salida procesional de
Nuestra Señora de África, al ver como un año más los
caballas, los hijos de esta bendita tierra, salimos a la
calle para arropar a nuestra querida Madre en su caminar al
encuentro de todos sus hijos.
Con una estampa sencilla y profunda, la Virgen de África, la
Patrona y Alcaldesa Perpetua de Ceuta, nuestra Virgen
Morena, la Madre de todos los caballas, volvió a recorrer,
en su salida procesional coincidiendo con el día de su
celebración, las calles de Ceuta.
Ésta salió del templo, cuando el sol empezaba a darse cuenta
que tenía que emprender la recogida para ir dejando paso,
poco a poco, a un cielo hermosamente estrellado que quería
ver a la Reina de los ceutíes, para presidir la Solemne Misa
Pontifical y posteriormente recorrer las calles ceutíes
acompañada en todo momento por un gran número de ‘caballas’
que se lanzaron a la calle para poder observar de cerca las
evoluciones de una procesión con gran tradición en la
ciudad.
Pero antes, el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta,
monseñor Antonio Ceballos Atienza, concelebró con el clero
de nuestra Diócesis la Solemne Misa Pontifical, donde
cientos de ceutíes ya ocupaban los asientos ubicados para la
ocasión por la Ciudad Autónoma frente a la fachada del
Santuario de Nuestra Señora de África.
Desde su Santuario, y sin escatimar ningún esfuerzo, siendo
perfecta conocedora de la devoción que sienten por ella sus
hijos caballas dio comienzo la procesión.
La Patrona comenzó a recorrer las calles de su Ceuta después
de haber recibido los primeros elogios en la misa celebrada
con anterioridad.
Alrededor de las 21.00 horas, Santa María de África percibió
los primeros aplausos hondos y con sentimiento, los primeros
vivas y los primeros flashes dirigidos expresamente a su
figura como única protagonista de la noche caballa.
Comienzan a retirarse las sillas colocadas para poder
presenciar la misa, los Regulares llegan al fondo por uno de
los laterales de la Plaza de África por la banda cercana a
la Catedral.
Se posicionan firmes y rectos al son de la música, el
público lo percibe y se inicia el habitual enlace de tantos
años entre ciudad y ejército. Una sincronía simbiótica
perfectamente percibida.
La Patrona se desplaza con su Salve al fondo sonando en su
nombre que la acompaña. Aumenta la expectación y el número
de personas que se arremolinan en torno a los diferentes
conductos cercanos al cortejo procesional.
Con un largo etcétera de participantes desde las Cofradías
derivadas de la Virgen hasta las de otras imágenes, como el
Consejo de Hermandades o las primeras autoridades civiles y
militares acompañaron de forma solemne a la procesión para
conducirla por el lateral de su Santuario y seguir
circunvalando a la Plaza de África para tomar la calle
Edrisis y tomar la vertiente por la calle Jáudenes.
Como cada año, los costaleros llevaron a nuestra Patrona con
mucho mimo, andando sobre los pies y al son de las marchas
que la Asociación Cultural Banda de Música Ciudad de Ceuta
entonaba.
Como siempre, desde hace trece años que la Virgen de África
procesiona portada por los costaleros, en la calle Jáudenes
volvió a llover, cayendo miles de pétalos de flores, los
cuales fueron acariciando con delicadeza la bella talla de
Nuestra Señora, y donde en cada uno de ellos iba el deseo,
la petición, el cariño y el amor de toda la buena gente de
este pueblo caballa.
La procesión desembocó en su trayectoria a Victori Goñalons,
encarándose Colón, discurriendo por Padilla, para
posteriormente encarar el paseo del Rebellín hasta llegar a
la Plaza de la Constitución, donde, como marca la tradición,
se celebró la Salve conmemorativa, una Salve que cada año se
reza con más solemnidad si cabe, mirando hacia el Estrecho.
Una vez terminada dicha salve, se continuó por la avenida,
Alcalde Sánchez-Prado y Plaza de África, para posteriormente
dirigirse hasta el Santuario que lleva su bendito nombre,
donde nuestra Patrona se despidió de todos los ceutíes hasta
el año que viene.
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