Este año la caseta La Calabaza celebrea veinte años
ininterrumpidos de presencia en nuestra feria. Por ello,
durante estos días lo celebran con sus clientes y amigos.
Especialmente para el próximo sábado, a las 14.30 horas
tienen previsto congregar a un buen número de todos los que
durante estos veinte años les han acompañado y han hecho
posible llegar a este número tan elevado de ediciones en la
feria, y para ello han organizado una gran paellada y han
invitado a las autoridades de la Ciudad Autónoma, esperando
congregar alrededor de cien personas para esos momentos
previos a la inauguración de la feria.
El ambiente más fresco y divertido, la atención más
personalizada y unas raciones que nunca pasan inadvertidas
por su excelente calidad, son algunas de las principales
características que hacen que la caseta ‘La Calabaza’ sea
una de las más visitadas del Recinto Ferial.
Entrar allí es respirar aire de fiesta, tanto por la alegría
de los trabajadores como por el disfrute de sus clientes,
que no dudan cada año en repetir la experiencia.
Tal y como así destacan los integrantes de esta señera y
versátil caseta de Feria, se trata de una caseta que se
fundó en el año mil novecientos ochenta y ocho.
Aunque de las personas que fundaron la caseta y comenzaron a
acudir al recinto ferial para cumplir con las tradiciones y
además sacar algo de dinero que ayudara a sufragar los
gastos de los estudios quedan bien poquitos, si es cierto
que no pasa ningún año sin que estos visiten la caseta y
participen un poco de la fiesta que todavía hoy por hoy se
puede disfrutar en la caseta de ‘La Calabaza’.
Sus integrantes son un grupo de amigos y familiares, muy
extenso, que se reúnen cada año para montar y dirigir esta
caseta.
Con respecto al nombre de ‘La Calabaza’ hay que destacar que
los fundadores de la misma eligieron ese nombre porque
cuando empezaron a montar esta caseta eran estudiantes en
Granada y tenian que trabajar, para así poder obtener unos
fondos en verano y poder seguir estudiando.
Entonces buscaron un nombre que tuviera relación con el
mundo del estudiante y decidieron ponerle ‘La Calabaza’,
haciendo alusión a los suspensos.
Actualmente, cada vez que llega la feria y se decide montar
esta tradicional caseta, son cuatro compañeros los que se
unen para entre todos hacerse cargo de la barra y de la
cocina, y seguir ofreciendo así un servicio de gran calidad
a todos los ceutíes que durante las fiestas patronales
visiten esta caseta.
Así, Fernando, Paco, Mónica y María José, son los artífices
de mantener viva esta caseta año tras año, contando también
con la ayuda de varios amigos que noche tras noche se
acercan para echarles una mano y que así no se haga la feria
muy larga.
El adjetivo de versátil se debe a que esta caseta se amolda
a los dos géneros en los que normalmente se dividen las
casetas, al de las casetas que ofrecen comida y a las
casetas que ponen música actual y que ofrecen sólo bebida. Y
esto es así porque tradicionalmente desde que abrieron por
primera vez esta caseta, a finales de los años ochenta,
durante las primeras horas de la noche, la caseta es
totalmente sevillana y ofrece exquisitos platos de comida
casera y una gran variedad de embutidos a todos los que allí
se acerquen, para posteriormente, alrededor de las dos de la
mañana, cambiar de aspecto para, una vez retiradas las mesas
donde antes se servió la comida, dejar la caseta diáfana
para convertirla en una amplia pista de baile donde poder
dar rienda suelta al esqueleto con la música más actual y
además seguir consumiendo, pero esta vez sólo bebidas.
Por tal motivo el público que congrega esta caseta es muy
variopinto, pudiéndose encontrar familias enteras durante
las primeras horas disfrutando de un ambiente relajado y
tranquilo, hasta numerosos grupos de jóvenes que se acercan
hasta La Calabaza a partir de las dos de la mañana para
disfrutar, bailando, de esta Feria.
Finalmente los integrantes de esta señera caseta esperan que
todo sea, como mínimo, como el resto de años anteriores,
esperando que la gente de la ciudad se anime a participar de
las fiestas, y afirmando que en la caseta ‘La Calabaza’
recibirán a todo el mundo con los brazos abiertos, y con las
ganas de seguir divirtiendo y ofreciendo el mejor ambiente
posible de feria.
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La única caseta que durante las primeras horas ofrece comida
y luego se transforma en una caseta de copas
Esta caseta comenzó cuando el
recinto ferial constaba sólo de una calle y pusieron su
granito de arena para cambiar, lo que hasta ese momento se
ofrecía al público más joven, sin embargo nunca quisieron
abandonar la idea de lo que es una caseta de feria. A
primera hora, ofrecían una cocina propia y casera de lo que
todo el mundo espera encontrar en nuestra feria: corazones,
pinchitos y tortillas. Sin embargo, el salto fue, que
terminadas las cenas, el comedor se recogía y empezaba a
sonar la música de los ochentas. Todo un cambio. No ees que
se olvidaran de las sevillanas, pero pensaban que había
otras formas de divertirse. Entonces, la feria no tenía
horario de cierre y sus clientes no veían el momento de
marcharse a descansar y recargar fuerzas para la siguiente
noche.
Hoy, después de veinte años, siguen en la feria, con la
misma fórmula y en la misma calle donde empezaron, deseando
vivir nuestras fiestas patronales bajo el color naranja de
esta magnífica Calabaza, que tanta diversión ha ofrecido a
los ciudadanos ceutíes durante todos estos años que lleva en
el recinto ferial.
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