La entrada de drogas a la ciudad por la frontera del Tarajal
es una realidad. Los pasadores, llamados ‘mulas’ aprovechan
las horas de mayor volumen de personas, cuando hay más
presión para acceder a Ceuta, para ‘colarse’ camuflándose y
amparándose en la masa. Las investigaciones policiales se
iniciaron cuando se tuvo conocimiento de un movimiento
regular, con una cadencia en el método que levantó
sospechas. De momento uno de estos grupos ha caído, pero no
se descarta que existan más. La Policía trata de frenar este
‘mercadeo’ por una frontera donde cada día pasan unas quince
mil personas y casi al mismo tiempo.
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