Después de once meses de trabajo la AD Ceuta juega esta
tarde en el estadio Montilivi uno de esos partidos ‘a vida o
muerte’ en el que está en juego una plaza la próxima
temporada en la Segunda División. Los caballas llegan a
Girona convencidos de sus posibilidades y dispuestos a
repetir el partidazo de Pontevedra, aunque el rival sea otro
y las circunstancias distintas. En Pasarón el Ceuta estaba
eliminado cuando el balón echó a rodar, tras el 1-1 del
Alfonso Murube, por lo que tenía la necesidad imperiosa de
marcar. En Montilivi el 0-0 de la ida obliga a ambos equipos
a buscar la portería rival, aunque ninguno se lanzará
abiertamente al ataque. De todos modos, el significado de un
gol local o visitante no es el mismo. Si los de Benigno
Sánchez marcan el Girona tendrá que hacer dos tantos para
eliminar al Ceuta, mientras que si el grupo de Raúl Agné se
pone por delante el Ceuta ascendería si equilibra el choque
y ‘pone’ el 1-1 en el marcador. Así las cosas, se prevé de
nuevo un partido táctico, más intenso que vistoso, en el que
los dos equipos intentarán dejar la portería a cero
conscientes de la importancia de abrir el marcador.
La AD Ceuta, que se encuentra en un hotel de Lloret de Mar
recluida con los cinco sentidos en la final de Montilivi,
apostará por el fútbol que con Benigno en el banquillo le ha
permitido ganar en campos tan complicados como el San Pablo
de Écija, el Romano de Mérida o Pasarón en Pontevedra. El
lorquino, que tiene las bajas de Sandro y David Fas,
presentará el mismo ‘once’ del Murube con la entrada de Pol
en el centro de la zaga. Los ceutíes tienen claro que para
superar al Girona deben jugar un partido muy serio, no
regalar nada en defensa, mover el cuero con soltura y
precisión y aprovechar las opciones que tengan en ataque. El
trabajo de Álvaro y sobre todo Fran Amado cuando el equipo
blanco mire a la portería de Rafa Ponzo será muy importante.
El algecireño, además de máximo goleador con 16 tantos, se
ha convertido es sinónimo de victoria porque siempre que
marca su equipo gana.
El Girona juega en casa y muchos esperan que no sea tan
conservador como en el estadio municipal. El 0-0 sólo le
vale para jugar la prórroga y si en el tiempo extra no hay
goles jugársela en los penaltis. Los rojiblancos serán más
ambiciosos, pero con seis hombres por detrás del balón (los
cuatro defensas y el doble pivote) para permanecer una
semana más con la portería a cero. El guión perfecto para el
Girona es marcar un gol tempranero para ‘tirarse’ atrás y
buscar la sentencia al contraataque. El Ceuta debe salir
enchufadísimo y buscar la puerta de Rafa Ponzo para meterle
el miedo en el cuerpo a los de Raúl Agné.
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