A medida que se acercan las 19:30 horas del domingo, en el
entorno del Alfonso Murube empieza a sentirse la importancia
de la visita del Girona con la que echará a andar la
eliminatoria definitiva por el ascenso a Segunda ´A´. Una
cita ante la que el técnico murciano, Benigno Sánchez, dice
llegar “satisfechos, porque seguimos soñando, pero lo que no
queremos es que nos despierten del sueño” antes de que se
haga realidad. Para lo que se acoge a la receta de
“trabajar, trabajar y trabajar”.
Consciente de que la empresa no será fácil, y para
mentalizar a la familia caballa, el lorquino echa mano a las
estadísticas de un Girona campeón del grupo III. “Algo muy
difícil”, a lo que encima se añade “la solvencia con que lo
han hecho”. A lo que se une el ser “el primero que se ha
clasificado de ochenta equipos” para disputar el playoff, sn
olvidar su poderío a domicilio; ya que “de veinte partidos
fuera, ha perdido dos”. Cuando “quedan ocho equipos de
ochenta” para cuatro plazas. “Por lo que, pensar en un rival
fácil, sencillo, es una equivocación grandísima”. Datos para
mentalizar a la gente, a la afición también, “que nos
enfrentamos a un rival muy, muy, muy bueno. Tan bueno como
los datos que lo avalan”.
Eso sí, a sabiendas de que “el Ceuta es un equipo que está
capacitado, si jugamos con unos niveles de concentración
altos, con una intensidad fuerte, para darle réplica a
cualquier equipo”. Y, aún con los numeros del Girona, “no
nos sentimos inferiores a nadie, la eliminatoria está al 50
por ciento, y todo se decidirá en el partido de vuelta”.
Del equipo catalán comenta que “tiene mucha profundidad de
banquillo, tiene jugadores reconocidos en la categoría y
además está bien dirigido por un entrenador que está
haciendo un grandísimo trabajo”. Y es que “los ocho equipos
que quedan tras cuarenta partidos, será porque han hecho el
trabajo bien y porque son buenos equipos”.
Lo que no le ha gustado al preparador caballa es la actitud
de los gerundenses acerca del colegiado designado. Ya que,
desde las orillas del Ter, se ha cargado contra el sevillano
Figueroa Vázquez por ser andaluz. Una actitud que “me parece
de cobardes”, ya que “a nosotros en Pontevedra nos tocó un
cántabro y no dijimos nada”. Una reacción agravada por los
números del trencilla hispalense, donde predominan los
triunfos visitantes. Para el entrenador murciano “lo que hay
que hacer es concentrarse en el juego, pensar que el fútbol
se decide en el campo, en los 90 minutos de partido”. Lo
demás, “para mí, es cobardía y poner la venda antes que
salga la herida”.
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