En síntesis, mi teoría es simple y
obvia: por un lado si tras la crisis del verano de 2002
Rabat vivió con desasosiego su desfase de equipamiento y
tecnología con España (fragante en la marina de guerra),
paralelamente asistía con pánico contenido al rearme de
Argelia (el único país árabe que apoyó a España cuando
Perejil) bajo la presidencia de Bouteflika, quien invocaba
la necesidad de proteger sus fronteras… con Marruecos. Ello
indujo a Rabat a una mayor inversión en defensa intentando
establecer una relación geoestratégica más equilibrada con
sus vecinos, propiciando de paso el despliegue de las FAR en
el norte y desembarcando ansiosamente en el Estrecho.
¿España?. Según es percibido por analistas y diplomáticos
marroquíes con los que tengo la oportunidad de tratar
regularmente, nuestro país estaría dando en los últimos
tiempos señales (al menos equívocas) “de retirada” en el
área del Estrecho; en Marruecos, los Estados Unidos le
muerden el terreno a Francia (la jugada americana con los
“Rafale” fue maestra) y ésta no deja de frenar la influencia
española.
En cuanto a la nueva base de Alksarseguer no es en sí una
amenaza militar directa para los intereses españoles y, si
me permiten, ya era hora era de que la marina de guerra
marroquí, la cenicienta de las FAR, asumiera sus compromisos
en aguas del Estrecho cuya orilla sur (salvo Ceuta y
Melilla) es de su soberanía. Enfoquemos con otro prisma: a
falta de un puerto militar en la zona oriental que siempre
podría ser batido por el ejército argelino, Alkaserseguer se
perfila a las puertas del Estrecho como una base segura para
la marina de guerra en fase de acelerada modernización y
puesta a punto. La Marina Real, creada en 1960 y
directamente tutelada por el príncipe Mulay Rachid, dispone
de unos 10.000 efectivos y está equipada al día de hoy con 3
fragatas, 4 unidades lanzamisiles y 25 patrulleras, habiendo
comprometido la construcción de 3 modernísimas corbetas
multimisiones tipo Sygma en Holanda (quizás ello explique el
bajo perfil de protestas en Marruecos durante la crisis
sobre las viñetas del Profeta…) y 1 fragata polivalente de
última generación clase FREMM, equipada para lucha
antisuperficie, antiaérea y antisubmarina, financiada por
Francia. La nueva base de Alkaserseguer reforzará a las ya
existentes en Casablanca, Agadir y Alhucemas. Sin duda, la
marina de guerra marroquí entra al fin con paso firme en el
siglo XXI.
Asistimos también a nueva relación de fuerzas en la
centenaria (a veces cruenta, a veces no) “batalla del
Estrecho”: en la zona sur del mismo España está siendo
barrida, mientras Marruecos se apresta a ocupar su lugar
apoyado por Francia y los Estados Unidos, en un estratégico
e histórico cambio propiciado por la errática e incluso
aventurera deriva de la política internacional española bajo
la última presidencia de Rodríguez Zapatero, que alentó a un
despechado Estados Unidos a soltar amarras con España y
estrechar lazos con Rabat, ante la expectación de Francia.
El 28 y 29 pasados visitaba Marruecos el general
norteamericano William E. Ward, comandante en jefe del
AFRICOM. ¿Esto que significa?. Pues que en breve la
cooperación militar norteamericana con Rabat, dependiente
hasta ahora del mando en Europa, será llevada desde la misma
África.
|