• Pregunta.- ¿Los uniformes son realmente exactos?
Respuesta.- El corte que se hace del tejido de la ropa es
según los patrones de 1808, 1811, depende de la batalla o
época que se elija. Hay uniformes que pueden tener 40 o 50
botones y otros con 190. Todo eso conlleva un estudio
riguroso. Incluso el gramaje y el trenzado de la tela tienen
que ser exactamente igual al que que se utilizaba. Un
uniforme puede costar entre 2.500 euros y 3.000. Los
mosquetes, fusiles, sables, correaje... todo son réplicas
muy exactas. También representamos otros aspectos. No son
concebibles ahora los movimientos de grupo, pegado hombro
con hombro o en línea, ni tampoco son iguales las voces de
mando. Antes se concentraba el fuego en un punto, para abrir
brecha; el código de guerra también era mucho más honrado.
Todas las asociaciones tienen aprendidas estas cosas.
P.- ¿Cómo se coordina a los grupos, siendo de diferentes
puntos de España?
R.- Casi todos los grupos de recreación pertenecemos a una
agrupación madre que es la Asociación Napoleónica Española (ANE).
Los actos se conciertan a principios de año. Esta vez, al
ser el bicentenario, los actos más importantes se han
ampliado a cinco y son el que se celebró el 2 de mayo en
Madrid; ahora el bicentenario de la defensa de Valencia;
luego en Medina de Río Seco; después Bailén; y, por último,
Somosierra. Además, hay actos que se hacen más por
invitaciones, como por ejemplo este de aquí de Ceuta.
P.- ¿Cómo compagináis vuestros trabajos con este ocio?
R.- Difícilmente. Al igual que hace la ANE, cada asociación
se programa los actos que va a tener cada año. No puedes
asistir a todos los eventos que quisieras a no ser que seas
una asociación muy numerosa. La nuestra lo es y lo que
hacemos es dividirnos. Aquí hay médicos, abogados,
empresario...
P.- ¿También os preparáis pelo y cara para una mejor
recreación?
R.- Sí, como verás llevamos algo de patilla y perilla. El
tipo de pelo también va acorde a la época.
P.- ¿Sois todos unos expertos en historia napoleónica?
R.- Casi todos los que hay son gente enamorada de la
historia, que se interesan y se instruyen. Siempre está el
mito de Curro Jiménez, pero hay muchos matices y cuando se
los explicas a la gente, se sorprenden. Disfrutan más de
estos actos los que no saben de historia que los que sí y, a
lo mejor, los que no saben encuentran una pasión que
desconocían. Hay un chico que se metió en este mundo para
acompañar a su novia y no sabía nada, ahora es el primero
que coge los libros y se empapa de cada ciudad que visitemos
para conocer cuál es la implicación de esa urbe en la época
que vayamos a representar.
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