Lo hizo público el propio Jefe del Servicio Secreto Exterior
de Marruecos, Yassin Mansouri [íntimo amigo y compañero de
pupitre de Mohamed VI]. El deterioro de las relaciones entre
Marruecos y España se atribuye tambiénm a la posición
“activa” del gobierno español y del autonómico de Ceuta de
desvincular a los creyentes musulmanes de la ciudad del
Islam malekita y del Ministerio de Asuntos Religiosos de
Marruecos apostando por los movimientos como el Tablig
(Congregación para la Propagación del Islam). Mansouri se lo
hizo ver al Director del Centro Nacional de Inteligencia [CNI],
Alberto Sáiz. Así se publicó en prensa nacional en el pasado
mes de noviembre cuando Mansouri participó en Mallorca en
una reunión mediterránea de ‘espías’.
Mohamed VI es el comendador de los Creyentes y muchas
mezquitas de Ceuta se han vinculado a la UCIDCE de Laarbi
Maateis “a quien desde Marruecos se le relaciona con
movimientos islamistas radicales”, escribió el periodista
experto en asuntos del Magreb para EL PAÍS, Ignacio
Cembreros. “Ningún miembro del Tablig ha sido jamás detenido
ni señalado como sospechoso de vinculación con el yihadismo”,
se defendió Maateis quien negó cualquier vinculación con
movimientos integristas”. Aunque sí es cierto que varias
detenciones de muyahidines y de terroristas, han pasado por
las escuelas del Tabligh. ¿Relación?, ¿Coincidencia?.
Marruecos lucha por lograr un estatus de país moderado,
aunque de sus entrañas, nacen movimientos absolutamente
radicales.
Maateis desvincula el Tabligh de lo radical y del malekita
exclusivamente de Ceuta, porque este se practica tanto aquí
como en el resto de España y Marruecos “y nadie ha intentado
cambiar eso, sobre todo porque nos parece que es lo mejor
para la ciudad”.
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