Acciona se lleva mal con el resto de accionistas de
Trasmediterránea. Aparece hasta en el Registro Mercantil. En
2006, la CAM, las navieras Armas, Aznar y Abel Matutes
votaron en contra de la gestión de Acciona, de las cuentas
presentadas y de destinar el beneficio a reservas. Es algo
muy poco visto en una empresa y refleja las malas relaciones
entre Acciona y el resto, apuntan expertos analistas de
diarios especializados en la materia.
Sin embargo todos se pusieron de acuerdo para conocer el
valor real de sus acciones ante una posible venta de la
filial de Acciona. Sobre todo ahora que el Estado dio
libertad, el pasado mes de enero, para que Acciona pudiera
testar el mercado para la posible venta de la naviera, una
vez superado el plazo mínimo de cinco años desde que Acciona
ganara la adjudicación estatal para hacerse con
Trasmediterránea [antes pública] durante el proceso de
privatización en el que ya pujó fuerte, en 2002, Baleària y
el grupo Boluda.
Cinco condiciones
Entonces, los accionistas de Trasmediterránea se
comprometían a cumplir cinco condiciones: Los accionistas
debían permanecer en el capital, mantener el contrato con el
Estado, garantizar el nivel de fondos propios y de la
plantilla fija, dejar la sede en España y mantener la unidad
de la empresa.
La única reestructuración que ha sufrido el accionariado de
Trasmediterránea en estos años ha sido la reducción del
paquete que tenía el grupo de Abel Matutes, que pasó de un
12% inicial al 6% después de que Baleária obligara a un
‘repliegue’ al ex ministro.
La familia Entrecanales adquirió ese 6% que ‘soltó’ Abel
Matutes previa consulta con la SEPI (Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales), pero eso tampoco evitó que
hubiese paz accionarial porque los accionistas mayoritarios
han tenido que lidiar las numerosas críticas del
accionariado minoritario.
|