Tras la humillación sufrida en la crisis de Perejil hace
cuatro años, Mohamed VI ordenó al Estado Mayor General de
las Fuerzas Armadas Reales (FAR) preparar un plan para
modernizar la Marina Real. El Monarca alauí ecuchó las
quejas de sus generales y fue tajante: “Marruecos se tiene
que dotar de una marina de guerra capaz de ejercer el
dominio de su espacio marítimo exclusivo y un papel
estratégico destacado en el Estrecho de Gibraltar”.
A lo largo de 2007 la Marina Real firmó un acuerdo con los
astilleros franceses DCNS para la adquisición de una fragata
polivalente de la Clase Fremm, adquirió nuevo material de
detección y mejoró las capacidades operativas de sus
patrulleras, explica Pedro Canales en su información. Cuatro
años después, Mohamed VI, en su calidad de Comandante en
Jefe de las FAR, el pasado lunes puso la primera piedra el
pasado lunes de una gran base naval en el puerto de Alcazar
Seguir, a 40 kilómetros de Ceuta, en plena salida del
Estrecho de Gibraltar y frente a la base naval de Rota
(Cádiz).
La decisión de Mohamed VI rompe el “statu quo” que Marruecos
ha venido practicando desde su Independencia en los años 50
del siglo pasado. Mohamed V durante su corto reinado y su
hijo Hassan II durante los cuatro decenios en que se mantuvo
en el trono alauí, nunca adoptaron la decisión de construir
una base naval en el Estrecho.
Existía un acuerdo tácito entre Marruecos, Estados Unidos,
Gran Bretaña y España, para respetar el equilibrio ya
existente en la estratégica zona del Estrecho, por la que
durante la Guerra Fría transitó parte de la flota nuclear
soviética en busca de las aguas atlánticas.
La participación marroquí como país invitado en las
maniobras navales de la OTAN que se realizan en aguas del
Estrecho y Golfo de Cádiz, se hacen enviando buques desde
las bases de Agadir y Casablanca. Asimismo, las patrulleras
realizan las misiones de vigilancia en aguas del Estrecho
desde los puertos de Nador, Alhucemas, Tanger y Kenitra.
Por estas razones, la decisión del Rey de Marruecos de
construir una gran base naval en ‘Alcazar Seguer’ posee un
alcance estratégico indudable. Marruecos quiere de esta
manera reafirmar su presencia naval en la zona y erigirse
como uno de los guardianes del Estrecho. La base, cuyo coste
inicial se eleva a unos 130 millones de euros, deberá estar
operativa en 2010, en una primera fase.
La nueva fragata
La joya de la corona de la Marina Real será, sin duda
alguna, la fragata Fremm que los astilleros galos van a
entregar. El buque pertenece a la última generación y, según
la DCNS, resulta hasta un 30 por ciento más barata que sus
homólogas europeas.
Con 147 metros de eslora y 5.500 toneladas de carga, el
nuevo buque dispone de 32 células de lanzamiento vertical
(misiles “Aster 15”, “Aster 30” y “Scalp Naval”), 8 misiles
antinavíos, un cañón de 76 mm, dos tubos lanzatorpedos y un
helicóptero.
|