La construcción de una base naval marroquí en Ksar Sguir, a
40 kilómetros de Ceuta, está provocando reacciones y debates
entre diplomáticos y analistas [cuenta Pedro Canales en El
Imparcial, el diario electrónico de Ansón]. Sobre todo por
el silencio de Madrid, que ha causado sorpresa entre los
analistas de Washinton, Paris, Londres e incluso Argel. EL
PUEBLO ya anunció en su edición de ayer que el Gobierno
español está permitiendo que el equilibrio de fuerzas en el
Estrecho desaparezca por acción de Marruecos.
La nueva relación de fuerzas en el Estrecho queda marcada
por la construcción de una Base Naval marroquí. Promesa que
realizó a sus generales el monarca Mohamed VI tras la
humillación sufrida en El Perejil y que cuenta con el
beneplácito y respaldo de Estados Unidos, Reino Unido y
Francia.
Pedro Canales, corresponsal, del diario digital El
Imparcial, destacado en Marruecos, ha profundizado con datos
recabados en el vecino país y afirma que la prensa
independiente marroquí se ha hecho eco del anuncio y avanza
las premisas de lo que califica como una nueva relación de
fuerzas en el Estrecho de Gibraltar. Además de seguir siendo
el paso obligado a aguas oceánicas para la flota rusa, el
Estrecho es un área vital para la OTAN ya que es la ruta
para miles de buques cargueros, superpetroleros y metaneros
que cruzan anualmente el angosto paso franqueado por España
y Marruecos con objeto de abastecen el sur del continente
europeo o enlazan los países de la cuenca mediterránea con
América. Es, asimismo, lugar de tránsito de norte a sur, de
gasoductos y cables submarinos para el transporte de energía
eléctrica y de comunicaciones.
La Sexta Flota utilizará la nueva base
El semanario marroquí en lengua árabe, “El Ayam”, asegura
que la Sexta Flota norteamericana utilizará la base naval
marroquí cuando esté operativa. Afirmación aceptada, a su
vez, por el periódico argelino ‘Le Jeune Indépendant’, que
habla de una ‘tenaza estratégica’ de Estados Unidos a la
entrada del Estrecho, ya que Kasar Seguir se encuentra justo
en el meridiano de la base hispano-norteamericana de Rota,
en el golfo de Cádiz.
En los medios diplomáticos acreditados en la capital
marroquí -dice Canales- se tiene la convicción de que el
régimen de Mohamed VI ha recibido un visto bueno explícito
tanto de Washington como de Londres, y un apoyo discreto de
París para lanzar su proyecto. “En el Estrecho de Gibraltar
no se puede alterar el equilibrio estratégico sin el permiso
de las grandes potencias que lo controlan, EEUU y el Reino
Unido”, afirman fuentes diplomáticas. La entrada de
Marruecos como “uno de los guardianes del Estrecho”, sólo es
factible con ambos apoyos.
Desarme español
Lo llamativo, sin embargo, de la nueva situación
geoestratégica creada por la decisión marroquí es el
silencio español y, más aún, el ‘desarme’ actualmente en
curso en el despliegue militar de España en la zona del
Estrecho, incluidas las guarniciones de Ceuta y Melilla. El
“rearme” de Marruecos, coincide con un ‘desarme’ español, no
explicado aún de forma convincente por el Gobierno de
Madrid, como el diario ‘El Imparcial’ ha puesto de
manifiesto.
La actitud de Francia es como mínimo interesada, asegura en
su crónica el corresponsal. No sólo porque el buque de
guerra más importante con que contará la futura base
marroquí es una fragata lanzamisiles de la Clase Framm, que
ha costado al erario público del reino alauí 470 millones de
euros, frente a los 122 millones de euros que costará la
construcción de la base, sino porque por vez primera Francia
tendrá la posibilidad de poner un pie en el Estrecho. Este
fue un objetivo estratégico de París durante todo el siglo
XX, que no pudo conseguir debido a la férrea oposición del
Reino Unido, que, sucesivamente apoyó a la rebelión rifeña
en contra del Protectorado francés en Marruecos, y a España
en la instauración de su propio Protectorado en el norte de
Marruecos.
Londres hizo todo lo posible para que París no dispusiera de
un puerto militar de atraque en aguas del Estrecho, del
golfo de Cádiz y del mar de Alborán. El ‘pie’ francés más
cercano fue la base naval de Mers el Kebir, en el oeste
argelino, que Francia perdió poco después de la
independencia de Argelia en 1962, recuerda Canales..
Ceuta, Melilla y el Sahara Precisamente, la prensa argelina
ha seguido con detenimiento el anuncio de la construcción de
la base naval marroquí.
El períodico “Le Jeune Indépendant” vincula el puerto de
Kasar Seguir con la «inevitable descolonización de Ceuta y
Melilla, que tarde o temprano deberán volver a su legítimo
dueño, lo mismo que el Sahara Occidental al suyo», y con el
proyecto francés de Unión del Mediterráneo lanzado por el
presidente Nicolas Sarkozy.
Argelia, que posee una marina de guerra más consistente que
la marroquí, viene realizando en los últimos años ejercicios
navales en el Mediterráneo occidental, tanto con la OTAN
como con la Sexta Flota norteamericana. España tenía interés
en asociar a Argelia al redespliegue estratégico en la zona
del Estrecho, no sólo por ser un país cercano, sino porque
se trata del principal suministrador de gas a España y,
junto a Rusia, también a Europa. Sin embargo, la
automarginación impuesta por Rodríguez Zapatero como
consecuencia de la “hoja de ruta” pactada con Mohamed VI
para negociar el futuro de Ceuta y Melilla a través de una
fórmula de cosoberanía, priva a España de esta “baza
estratégica irremplazable”, a juicio de fuentes diplomáticas
Europas acreditadas en Rabat.
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