Las Juventudes Socialistas (JSCE), a través de su secretaria
de Organización, Raquel Miaja, hizo ayer un llamamiento a
los jóvenes a que “participen, se ilusionen y vayan a votar
con todas sus fuerzas”, pues en 2004, según dijo, “los
jóvenes fuimos artífices de un gran cambio político y ahora
tenemos la oportunidad de consolidarlo”.
La secretaria de Organización de JSCE afirmó que “los
jóvenes tenemos un carácter marcadamente progresista”, que
“no coincide con los valores del PP”, el cual, manifestó,
“se presenta a estas elecciones con los mismos candidatos y
las mismas propuestas a las que los ciudadanos y los
jóvenes, especialmente, decimos no apoyar”.
El discurso de Miaja, acompañada por cuatro compañeros de
JSCE, se convirtió en un auténtico rapapolvo a la política
del PP. Así, la secretaria de Organización señaló que los
dirigentes del partido en la oposición “mintieron a los
ciudadanos cuando gobernaban”, en referencia a lo sucedido
tras el 11M.
Según Miaja, con el PP España se situó a la cabeza de la
precariedad y recordó la aprobación del “Decretazo”, que
provocó una huelga general. En la otra balanza, la del PSOE,
la secretaria de Organización de JSCE situó el Acuerdo para
el Empleo Estable y la firma de más de 6 millones de
contratos indefinidos.
Asimismo, Miaja señaló que el PP no puso en marcha ninguna
medida para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero, mientras que en la última legislatura se ha
conseguido reducir, “por primera vez”, las emanaciones.
“No es lo mismo sacar las tropas de Irak que participar en
una guerra ilegal”, declaró la secretaria de Organización de
JSCE.
Respecto al salario mínimo interprofesional, Miaja recordó
que en la legislatura popular permaneció “congelado” en
451,2 euros durante 8 años, mientras que con el Gobierno de
Zapatero ha subido hasta los 600 euros y “el compromiso es
alcanzar los 800” si obtienen cuatro años más de mandato.
La dirigente de las Juventudes Socialistas criticó también
la “segregación, doble reválida y la Religión obligatoria”,
así como las políticas de igualdad del PP, la crispación en
el diálogo y la especulación que hubo en la construcción.
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