Junto a una situación laboral particularmente precaria, la
particularidad que tiene Ceuta en su panorama inmobiliario
-bajo nivel de oferta, alta demanda, elevados precios- da
como resultado un gran distanciamiento entre el potencial de
compra de los jóvenes y lo que oferta el parqué ceutí de
hogares.
Para que el agua no llegue al cuello antes del día 30 de
cada mes, debe tenerse muy en cuenta hasta dónde llegan las
posibilidades del salario. Un patrón útil para elegir con
precisión una vivienda es el denominado ‘superficie máxima
tolerable’. Este índice marca la cantidad máxima de metros
cuadrados que ha de tener una vivienda libre para que la
compra no supere el 30 por ciento de los ingresos mesuales.
En el caso del joven ceutí, sabiendo que su sueldo medio es
de 14.626 euros anuales, es de 58,2 metros cuadrados.
Todo ello incide en la evolución del coste de acceso al
mercado de la vivienda por parte de los hogares jóvenes, que
Vivienda cita en un 60 por ciento en diciembre de 2007,
mientras que en el caso caballa es de un 52 por ciento.
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